A ingreso de los edificios que se encuentran junto a la Plataforma Financiera hay costales llenos de arena. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Hay costales llenos de arena acomodados al ingreso de los edificios. Su objetivo: evitar que el agua ingrese y se acumule en los parqueaderos y subsuelos, como ocurrió en abril y mayo pasados.
Las edificaciones que se ubican junto a la Plataforma Financiera, en la Amazonas y UNP, pleno centro financiero de Quito, tomaron medidas para enfrentar la lluvia de la época invernal que empieza.
Al menos tres construcciones decidieron colocar puertas especiales al ingreso de las plantas bajas, y bordear el inmueble con un cerco hecho con costales que ayuden a retener la acumulación de líquido.
Felipe Aguas, guardia de seguridad de uno de los edificios, contó que desde hace unos siete años, las partes bajas del lugar donde trabajan solían inundarse levemente, pero que luego de la construcción de la Plataforma, la situación empeoró.
“El día que el agua se metió a la Plataforma, en mi edificio los estacionamientos se inundaron por completo. Faltó unos 20 centímetros para que se llene en su totalidad. Los carros quedaron bajo el agua”, recordó.
La Secretaría de Seguridad informó que se tardaron varios días en poder drenar el líquido acumulado en los subsuelos de los edificios.
El problema, se debió a que las alcantarillas no abastecieron la cantidad de agua, y a la falla de uno de los colectores que reubicó la constructora a cargo de la plataforma. Para evitar que vuelva a ocurrir, por su lado Agua de Quito amplió los desagües en la calle Villalengua.
Rafael Quijos, quien trabaja en mantenimiento de otro edificio de la zona, contó que la semana pasada, luego de una lluvia torrencial, el agua ingresó al estacionamiento, pero pudo ser drenada sin problemas por maquinaria especial que el edifico adquirió.
La administración armó un plan de contingencia, en caso de que nuevamente el agua vuelva a superar el metro de alto.
Por su lado, la Plataforma también tomó medidas al respecto. Se construyeron unas válvulas que impiden el ingreso del agua a las tuberías. Omar Ramos, administrador de la Plataforma Financiera, recuerda que el invierno pasado, el agua entró a la edificación por la sobre saturación que tuvo el colector.
El diseño del colector permitía drenar como máximo 8m3 por segundo, pero la lluvia alcanzó los 12 m3 por segundo, por lo que el colector trabajó a presión y el líquido empezó a ser expulsado por las alcantarillas. En lugar de que el agua entre por allí hacia el colector, brotaba agua de los desagües.
Para evitar que vuelva a ocurrir, se colocaron válvulas que permiten que el agua entre hacia el colector, pero no que salga.
Además, se han hecho obras emergentes. Se habilitaron unas pequeñas cisternas las cuales colectarán el agua en caso de que hubiese un exceso y luego el líquido será drenado con bombas hacia el exterior.
Según Ramos, en las últimas lluvias se ha podido verificar el correcto funcionamiento del sistema. Ha habido novedades mínimas de filtraciones, propias de un edifico de estas proporciones, dijo.
Además, la constructora deberá habilitar otro colector para que ayude a evacuar las aguas hacia el Colector Iñaquito. Se espera que la obra se entregue a más tardar en marzo del año entrante.