El viernes 23 de junio de 2017, ecuatorianos deportados llegaron con sus pertenencias en fundas. Foto: Mario Faustos/EL COMERCIO
Apenas está en el Ecuador cuatro días y busca empleo para poder subsistir. Dice que no tiene dinero y que por el momento vive en la casa de su madre, al norte de Quito.
César Puente tiene 43 años y el viernes 23 de junio de 2017 llegó desde EE.UU., junto con otros 40 compatriotas. Todos fueron deportados por no tener sus papeles migratorios en regla.
Luego de que el avión lo dejara en Guayaquil, viajó en bus seis horas a Quito. En sus manos solo tenía una funda y lo deportaron con la misma ropa con la que le detuvieron en abril pasado, en Kentucky.
Desde ese mes estuvo en una cárcel de ese estado hasta que las autoridades migratorias se pronunciaron.
Una historia similar vivió Cristian Orellana. Cuando bajó del avión, su hermana y su primo lo recibieron; en una funda plástica únicamente trajo sus útiles de aseo y una camiseta. Nada más, pese a que había llegado a esa nación hace 12 años.
Desde enero hasta junio, más de 500 ecuatorianos han sido expulsados de EE.UU. Las nuevas políticas migratorias, impulsadas por el presidente Donald Trump, han hecho que más migrantes sean detenidos.
De hecho, la próxima semana llegarán al país vuelos de aviones con más ecuatorianos indocumentados.
Eso genera preocupación en las familias de los migrantes, especialmente porque EE.UU. busca que su Congreso apruebe una ley que sancione con dos años de cárcel a los deportados que intenten regresar a esa nación.
Actualmente, esa medida ya existe, pero se aplica solamente a quienes intenten regresar tres o más veces.
La legisladora por migrantes de Canadá y EE.UU., Ximena Peña, dijo que la iniciativa de EE.UU. está confirmada y lo mismo indicó 1800migrantes.com, una organización que trabaja en este tema.
Otra iniciativa de los Estados Unidos es evitar que “ciudades santuarios” ayuden a los migrantes sin papeles. Actualmente, en estos sitios se prohíbe a la Policía recabar datos sobre el estatus migratorio de una persona.
La propuesta amenaza con retirar la ayuda económica del Gobierno Federal a esas ciudades si continúan con la ayuda a los extranjeros. Los ecuatorianos que viven en estas urbes ahora evitan salir de sus casas, pues temen que los detengan.
Por ejemplo, en el avión del viernes llegó Sofía, una joven de 19 años. Ella vivía en Nueva York, una “ciudad santuario”, pero decidió viajar a Miami. En el trayecto, dos policías la detuvieron y luego la entregaron a Migración.
Casos parecidos ya se han reportado en Texas, Chicago, Atlanta, Georgia, Minnesota, etc. María, una ecuatoriana que también arribó el viernes, dice que Migración la interceptó cuando entró por la frontera con México.
Casos como estos se han presentado unos tras otros. Por ejemplo, en mayo pasado, una ecuatoriana y sus dos hijos se refugiaron en un templo en Cambridge, porque tenía miedo de que la deporten. La familia fue acogida por la Iglesia Luterana Universitaria, que trabaja para proporcionar acompañamiento, comida y cubrir otras necesidades.
Hace 15 días, Jorge Torres funcionario del Consulado de Ecuador en Estados Unidos y quien coordina el denominado Plan de Contingencia, confirmó que desde la llegada de Donal Trump al poder solo en Nueva York, Nueva Jersey y Pensilvania han sido detenidos 150 ecuatorianos que no tenían sus papeles migratorios en regla.
El tema de los migrantes fue analizado ayer, 27 de junio, en la Asamblea. Desde allí se propone la reinserción laboral y educativa de los ecuatorianos y de sus hijos.
Esto también está estipulado en la Ley de Movilidad Humana, aprobada en enero pasado, pero no se ha aplicado por falta de un reglamento. Además, se plantea que exista un protocolo de llegada para los deportados, que implica incluso ayuda para movilizarse.
En contexto
Donal Trump llegó este 2017 al poder y desde entonces comenzaron las políticas en contra de los migrantes indocumentados. El Gobierno, a través de la Cancillería, impulsa el denominado Plan de Contingencia, para ayudar a estas personas.