La llegada de ecuatorianos a la frontera sur, con Perú, se ha masificado tras la devaluación del sol respecto al dólar. Foto: Gabriel Proaño/ EL COMERCIO
La vertiginosa apreciación del dólar con respecto a la moneda peruana anima a más ecuatorianos a cruzar la frontera sur para comprar artículos en los prósperos negocios del vecino país.
En las localidades peruanas de Aguas Verdes, y en Tumbes la fuerte devaluación del nuevo sol con respecto al dólar atrae a compradores ecuatorianos ávidos de aprovecharse del diferencial de precios. Llantas, licores, ropa, calzado, artículos tecnológicos y hasta productos de aseo personal se ofertan en los negocios de Aguas Verdes y Tumbes, limítrofes con Huaquillas, hasta en un tercio de su precio en Ecuador.
Al Servicio Nacional de Aduana (Senae) le preocupa que bajo el argumento de hacer turismo, muchos ecuatorianos traten de ingresar mercadería para su comercialización en Ecuador sin pagar los respectivos tributos. Muchos lo logran.
Los 48 kilómetros de línea fronteriza que separan a la provincia de El Oro con el departamento peruano de Tumbes son permeables al contrabando debido a una enmarañada red de caminos de tierra y trochas que se internan en una vegetación agreste. Todas esas vías conducen a la carretera que conecta a Huaquillas con Machala y de allí con otras partes del norte del país.
Este Diario acompañó a una de la patrullas de la Aduana en uno de sus recorridos diarios de rutina por estas vías de tierra. Hernán Solís, jefe Operativo del distrito de la Aduana de la Zona 2, que incluye a El Oro y Azuay, explicó que muchos contrabandistas de mercadería actúan en complicidad con pobladores, para evadir los controles.
“A través de nuestros trabajados de inteligencia hemos detectado que hay verdaderas bandas dedicadas al contrabando. Utilizan radios, vehículos adaptados para esconder la mercadería, y creemos que hasta drones para identificar dónde patrullamos”.
La devaluación del nuevo sol, moneda que hasta el pasado viernes 11 de septiembre se cotizaba en 3,20 por dólar, causó que una oleada de ecuatorianos pase la frontera para hacerse de artículos que resultan más baratos. Para evitar que productos que no son considerados como artículos personales ingresen sin tributar, la Aduana ejecuta un control exhaustivo de a los vehículos particulares, las camionetas y camiones de carga, y a los buses intercantonales e interprovinciales en el puesto fijo de Charcas, ubicado en el cantón Arenillas y a 8 kilómetros del límite fronterizo.
La Aduana también se vale de un gran escáner que detecta a través de rayos X si un vehículo lleva mercadería oculta.
En los negocios de Aguas Verdes un juego de llantas nuevas para un vehículo pequeño puede adquirirse en USD 240; o una botella de whisky de un litro de la marca Jack Daniels en USD 20