Imagen referencial. En el juicio, que se celebró a puerta cerrada, la Fiscalía pidió cerca de los 80 años de prisión para los tres jóvenes. Foto: Pixabay.
La Audiencia de Bizkaia (norte de España) condenó a trece años de prisión a un ecuatoriano y dos colombianos acusados de violar a una chica de 18 años y de grabarlo y difundirlo con un teléfono celular en Bilbao en 2017.
Según la sentencia hecha pública este martes, se les condena a diez años de prisión a cada uno por delitos contra la libertad sexual y a otros tres años por revelación de secretos, al grabarlo y difundirlo con el móvil.
Los tres jóvenes condenados han sido identificados como Elvis, Guss y Henry, tenían entre 20 y 28 años cuando ocurrieron los hechos, el primero nacido en Ecuador, y los otros dos son colombianos.
La agresión se produjo el 14 de enero de 2017 en un zona de ‘vending’ -pequeño recinto con máquinas expendedoras de comidas y bebidas- de la zona bilbaína de Solokoetxe, a la que acudieron los acusados y la víctima tras salir de una sala de fiestas.
Según los hechos narrados en la sentencia, queda probado que la joven, L., consumió bebidas alcohólicas y fumó cannabis en la discoteca, y también había tomado medicación antidepresiva por prescripción de su médico.
Dos de los hombres, Elvis y Henry, que también habían estado en la discoteca, estaban fuera de la misma cuando la chica dejó el local, a las seis y cincuenta de la mañana, vestida solo con unos “leggins” y una camiseta corta.
Los dos hombres “conscientes del estado de desorientación y desinhibición de L., decidieron irse con ella calle abajo”.
Así llegaron al ‘vending’ de Soloketxe, donde los hombres y la chica accedieron a su interior. Allí abusaron sexualmente, al mismo tiempo, de la mujer, según quedó grabado por una cámara de seguridad instalada en lugar.
El tercer implicado, Guss, amigo de los anteriores, que pasaba por allí, permaneció vigilando en el exterior del local, entró y también participó de la violación a L..
Henry había comenzado a grabar la escena percantándose la chica de ello e intentando arrebatarle el teléfono, pero no lo consiguió. Finalmente, un hombre que pasó por la zona se acercó a ver qué ocurría y se fueron todos del lugar.
La joven se despertó sobre el mediodía en un portal de un edificio del barrio de Santutxu, desorientada y sin recordar dónde había estado ni lo que había ocurrido, y llamó a su padre, que la recogió.
Cuando fue reconocida por el médico forense presentaba hematomas en la rodilla derecha, el muslo, el codo derecho y la espalda, y un edema frontal.
La sentencia impone la máxima pena posible en este caso, 10 años a cada uno, por estimar que “el trato propinado a la mujer fue denigrante, llegándose a practicar, al tiempo, hasta tres penetraciones, anal, vaginal y bucal, en el cuerpo de L. con un desprecio mostrado hacia quien no era consciente de nada, utilizando el cuerpo de la joven como si de una muñeca inerte se tratara”.
Respecto a la grabación con el celular, les condena a dos de los hombres a tres años por un delito contra la intimidad y al tercero a tres años y medio por haberlo difundido -lo pasó por WhatsApp a uno de sus contactos- además de grabado.
En el juicio, que se celebró a puerta cerrada, la Fiscalía pidió cerca de los 80 años de prisión para los tres jóvenes, y la acusación particular más de cien años de cárcel, mientras que las defensas reclamaron su libre absolución y puesta en libertad, ya que argumentaron que la relación fue consentida.