El volcán Sangay, el más austral de los Andes de Ecuador, comandó este lunes 22 de mayo los niveles de actividad de varios volcanes sobre los que se mantiene una permanente vigilancia por el comportamiento sísmico y superficial que generan en la actualidad.
El coloso, situado en un ramal andino que desemboca en la Amazonía, lanzó este lunes una leve y continua emisión de ceniza que alcanzó unos 1 000 metros sobre su cráter y que, por efecto del viento, se dirigió hacia el oeste y suroeste del macizo.
Una señal sísmica detectada por el Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional, que vigila de cerca la actividad de este y otra docena de volcanes en Ecuador, correspondió a un tremor (temblor leve y constante) en el interior de la montaña, relacionado con emisiones de gases y ceniza.
El fenómeno amenazó con depositar ceniza en varias zonas de la provincia andina de Chimborazo como ya ocurrió en días pasados, cuando se reportó la caída de ese material en las localidades de Guamote y Alausí.
El Sangay, de 5 230 metros de altura sobre el nivel del mar, se ubica en la provincia amazónica de Morona Santiago (centro este), vecina de Chimborazo, y su nombre proviene de la voz kichwa (quichua) “samkay”, que se traduce como “espantar” o “aterrorizar”, aunque, también podría provenir del vocablo de la etnia shuar “shanga”, que se interpreta como “bondadoso”.
Volcán Reventador
Otro de los volcanes vigilados de cerca por el IG es el Reventador, situado en la provincia amazónica de Sucumbíos (noreste), también en un ramal andino que desemboca en esa selva y que se encuentra en un pulso eruptivo desde 2002.
Con una actividad entre moderada y alta, El Reventador generó en el último día 21 explosiones, además de 16 sismos leves de “largo periodo”, relacionados con el movimiento interno de fluidos, y 12 episodios de tremor de emisión, por la salida de gases y ceniza.
Su actividad también ha formado nubes de gas y ceniza que se han elevado hasta unos 1 000 metros sobre la cumbre y que por la dirección del viento se ha difuminado al oeste del macizo.
Además, en las noches se ha podido observar un brillo de incandescencia en el cráter y el rodar de rocas volcánicas por todos sus flancos durante las explosiones.
El Reventador, de 3 560 metros sobre el nivel del mar, forma una fila de volcanes en una zona montañosa amazónica cercana a la cordillera andina, junto al Pan de Azúcar, el Sumaco y los Conos de Puyo.
Volcán Cotopaxi
Por su parte, el Cotopaxi, el majestuoso volcán andino situado a unos 45 kilómetros al sur de Quito, registró este lunes una actividad menor con respecto a días anteriores con pocas manifestaciones, especialmente emisiones de vapor y 13 sismos de “largo periodo” durante el día.
El IG reportó que se ha observado leves emisiones de gases volcánicos a nivel cráter del Cotopaxi y sin la presencia de ceniza como sí había ocurrido días atrás.
Un sistema de medición de dióxido de azufre detectó este día unas 402 toneladas de SO2, una cifra considerada baja, aunque mayor a las 46 toneladas registradas el sábado.
El Cotopaxi, ubicado en la provincia del mismo nombre, es el segundo pico más alto de Ecuador, y su vigilancia es permanente y estrecha por el peligro que supone para las poblaciones asentadas en su zona de influencia.
Volcanes Chiles y Cerro Negro
También el complejo volcánico Chiles-Cerro Negro, situado en la frontera andina entre Ecuador y Colombia, es objeto de una vigilancia permanente compartida entre el IG y el Instituto Sismológico colombiano de Pasto.
Aunque la actividad superficial de este complejo volcánico es nula, su comportamiento interno es alto, con 1.766 sismos “vulcano tectónicos” y 41 de “largo periodo” en el último día, según un reporte del IG.
Los volcanes Chiles y Cerro Negro se encuentra en la cordillera Occidental de los Andes, el primero de ellos en la provincia ecuatoriana de Carchi y el segundo en el departamento colombiano de Nariño, a unos 130 kilómetros al norte de Quito.
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