El volcán Cotopaxi registra una presión del magma por ascender

Depósito del lahar secundario o pequeño en la quebrada Agualongo, ocurrido el 20 septiembre del 2015. Foto: Cortesía S. Arrais/ Instituto Geofísico.

Depósito del lahar secundario o pequeño en la quebrada Agualongo, ocurrido el 20 septiembre del 2015. Foto: Cortesía S. Arrais/ Instituto Geofísico.

Emisión de gas con mínimo contenido de ceniza. Subió 1.5 km sobre el nivel del cráter. La fotografía fue tomada el 21 septiembre del 2015. Foto: Pavel Calahorrano / El Comercio

El Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional informa del posible ascenso del magma y salida hacia la superficie del volcán Cotopaxi, en los próximos días a semanas.

Esta probabilidad está explicada en su último informe especial 17, publicado la noche de este miércoles 23 de septiembre del 2015.

El Geofísico desarrolló nuevamente cuatro escenarios sobre la actividad eruptiva del volcán, de los cuales el primero es el más probable que ocurra. Aunque se aclara que estos pueden cambiar, de acuerdo con la evolución del comportamiento del Cotopaxi.

El documento recoge que con ese escenario existe la posible movilización de magma y aumento de la presión en la parte profunda del coloso, cuyo proceso eruptivo comenzó el 14 de agosto del 2014 con las primeras explosiones freáticas (sin magma).

Si el magma llegara a “zonas más superficiales este cuerpo magmático podría provocar un aumento de la actividad eruptiva, particularmente la ocurrencia de otra fase de explosiones que anuncian la llegada a la superficie del nuevo magma, en menor o mayor volumen”.

La columna de gas y ceniza se dirigió hacia el occidente-suroccidente. Foto tomada el 21 septiembre del 2015. Foto: Cortesía Instituto Geofísico.

Según el escenario del Geofísico, el pulso de nuevo magma puede llegar lentamente al reservorio y tener paso libre hasta la superficie.

Si es así, la actividad eruptiva aumentará con emisiones de ceniza seguidas por pequeñas explosiones.

Este tipo de actividad se prolongaría por semanas, como ya ocurrió con el volcán Tungurahua en marzo del 2013. Lo que se esperaría es caídas de ceniza moderadas y se podría observarse incandescencia en el cráter.

Textualmente, dice: “Las explosiones pequeñas podrían lanzar bloques balísticos decimétricos hasta 1-2 km del cráter”.

También podrían formarse lahares secundarios pequeños, por la presencia de lluvia que podría acarrear el material eruptivo que ha salida hasta el momento. También se generarían por el deshielo del glaciar, “afectando principalmente la zona del Parque Nacional Cotopaxi.

Se plantea este escenario debido al aumento de la cantidad de sismos, llamados volcano-tectónicos, desde el 10 de septiembre. Estos eventos se generan por el fracturamiento de la roca o estructura interna del volcán, a causa la presión que ejerce el magma por ascender hacia la superficie.

Depósito del lahar secundario o pequeño en la quebrada Agualongo, ocurrido el 20 septiembre del 2015. Foto: Cortesía S. Arrais/ Instituto Geofísico.

Estas rupturas han deformado la estructura o edificio volcánico.

Según el informe, hay un aumento rápido del número de eventos volcano-tectónicos de pequeña magnitud. La mayoría se ubica debajo del cráter a menos de 12 km de profundidad.

El lunes 21 de septiembre se registró la mayor cantidad de este tipo de sismos, con 221 en 24 horas. También “se han detectado pequeños eventos sísmicos y señales de infrasonido en las noches del 17 y del 21 de septiembre, que podrían corresponder a pequeñas explosiones. Sin embargo no hay confirmación visual de estos eventos”.

El proceso eruptivo ya ha afectado a los glaciares. Por ejemplo, el 20 de septiembre se produjo durante 40 minutos el deslizamiento de un flujo de lodo y escombros volcánicos (un pequeño lahar) en la quebrada Agualongo, el flanco occidental del volcán.

El lahar se detuvo al nivel de la carretera del Parque Nacional Cotopaxi y se llenaron los tubos de desagüe. Este evento “está posiblemente asociado a un deshielo del glaciar ya que no se registró lluvias en la zona este día”.

Según el Instituto Geofísico, la actividad interna del coloso sigue siendo moderada, mientras que la superficial es baja.

La alerta amarilla continúa en vigencia, según las autoridades gubernamentales. Esta alerta rige desde el 14 de agosto del 2015, dictada por la Secretaría de Gestión de Riesgos.

Toda información sobre lo que ocurra con el Cotopaxi es canalizada por el Ministerio Coordinador de Seguridad, el vocero oficial.

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