Las visitas turísticas caen por la actividad del volcán Cotopaxi

La Hacienda La Ciénega dejó de recibir las visitas de los turistas extranjeros, especialmente. Está en un sitio seguro.. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO.

La Hacienda La Ciénega dejó de recibir las visitas de los turistas extranjeros, especialmente. Está en un sitio seguro.. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO.

Funcionarios del Municipio y de la Secretaría de Riesgos recorrieron la semana pasada los sectores perjudicados. Foto: Glenda Giacometti/EL COMERCIO.

Los 24 empleados que laboran en la hostería La Ciénega, en la parroquia Lasso, temen quedarse sin trabajo.

La caída de ceniza por el proceso eruptivo del volcán Cotopaxi y el cierre del Parque Nacional, el principal atractivo turístico de la provincia, provocaron que el turismo nacional y extranjero cayera en Latacunga y en los alrededores.

Hace un mes, este sitio -que se encuentra en una zona segura- registra bajas de visitantes. 29 de las 35 habitaciones están desocupadas. El año pasado, en esta temporada, que era alta, tenía cubierto un 60% de su capacidad de alojamiento. El administrador Fernando Albornoz dice que cayó al 10%.

“Las primeras noticias al mundo fueron demasiado alarmantes. Primero con la alerta amarilla y luego con el estado de excepción. Eso causó una alarma para el mundo y un efecto negativo para nosotros”, refiere Albornoz.

No es el único caso. Según la Cámara de Turismo de Cotopaxi, 300 sitios entre hoteles, hosterías, restaurantes, bares y más negocios tienen los mismos inconvenientes.

Alfonso Pietro, presidente de la organización, dice que eso podría dejar desempleadas a más de 5 000 personas que laboran en forma directa e indirecta. Al momento, 5 400 de las 6 000 plazas de alojamiento que tiene el sector están desocupadas. La crisis comenzó a sentirse a partir de las primeras explosiones del coloso y la forma cómo se manejo la crisis el 15 de agosto. La desinformación afectó el turismo internacional. La mayoría de las agencias cancelaron las reservaciones.

“Hay el temor porque se piensa que toda la ciudad y sectores aledaños se encuentran en una zona de riesgo y que los lahares nos afectarían. Estamos en un lugar seguro”, explica Albornoz, de La Ciénega que funciona en una edificación de más de 400 años de historia.

La Hacienda La Ciénega dejó de recibir las visitas de los turistas extranjeros, especialmente. Está en un sitio seguro.. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO.

Albornoz cuenta que la antigua construcción de piedra con techos de teja ha resistido cuatro erupciones del macizo. Esta infraestructura perteneció a la comunidad Agustina que llegó al país en 1538. Y hace 35 años funciona como un hotel.
Hasta antes de agosto, el negocio funcionaba con las reservaciones hechas con un año de antelación. “Trabajábamos con 35 operadoras y ahora solo con una”, dice Albornoz.

Por eso buscan alternativas. Una de las iniciativas es promocionar como un atractivo el proceso eruptivo del volcán. “Debemos imitar a Baños con el Tungurahua, pero necesitamos capacitarnos más para trabajar”, indica Prieto.

Con la alerta amarilla y el cierre del Parque, dos hosterías de las faldas del coloso cerraron y otros, a pesar de no estar en una zona de riesgo, no tienen huéspedes. Uno de esos lugares es el hotel Cuello de Luna, a 500 metros de la vía Latacunga-Quito. Cuando se cambió a la alerta amarilla se cancelaron todas las reservaciones. “Tenemos 10 colaboradores, si no mejora la situación económica tendremos que cerrar. Estamos en un lugar seguro”, explica el propietario, Ismael Janisch.

Para determinar si están en un área de peligro, los funcionarios de la Secretaría de Gestión de Riesgos, del Instituto Geofísico y la Dirección de Turismo del Municipio de Latacunga hicieron un recorrido. El objetivo era conocer si tenían planes de contingencia. “La idea es que los turistas estén seguros, cuenten con la información y sepan a dónde ir. Les estamos ayudando para que cuenten con ese plan”, dice Cristian Montenegro, director de Turismo del Cabildo.

Según ese departamento, 11 centros de hospedajes están en zonas aledañas al coloso, pero dos en riesgo y ya cerraron.
Las 200 operadoras también están en crisis, puesto que el 90% de las visitas de aventura era al volcán Cotopaxi. Eso lo confirma Rafael Martínez, representante de las operadoras.

Martínez dice que un guía de montaña ganaba en la temporada alta USD 1 400 al mes, ahora más de 90 personas están desempleadas, pues no hay otros circuitos turísticos.

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