La noria gigante cuenta con 36 cápsulas con capacidad para seis personas cada una. Foto: Wladimir Torres/EL COMERCIO
Una fila de un centenar de personas frente a la boletería y otra fila similar para abordar de forma progresiva las 36 cabinas de la rueda moscovita. Ese era el panorama la tarde de este miércoles 2 de noviembre en el Malecón, frente a La Perla, el nuevo atractivo turístico de Guayaquil.
Hasta cuarenta minutos de espera les tomó a las familias ingresar finalmente a las cabinas de la noria, inaugurada el pasado 25 de octubre. La Perla extendió hasta la media noche su horario de atención por el feriado, atenderá hasta la media noche hasta este sábado, y el domingo hasta las 22:00.
En la primera tarde del largo feriado, el público acudió masivamente a la rueda, en cuyos alrededores se abrió una feria comercial y una casa del terror. Un olor a canguil inundaba la explanada de acceso: el bar de La Perla vende palomitas de maíz como si se tratara de una función cinematográfica.
“El paseo fue interesante y divertido, por los paisajes que se pueden apreciar: la vista de la isla Santay, el perfil de los edificios, el río”, dijo José Antonio Gozenbach, de 22 años, que disfrutó en familia del recorrido de 12 minutos. A los niños le asustó un tanto el bamboleo de las cabinas, en parte provocado por él, confesó riendo. A la familia de Gozenbach les tomó una media hora ingresar a las capsulas.
Hasta cuarenta minutos de espera les tomó a las familias ingresar finalmente a las cabinas de la noria, inaugurada el pasado 25 de octubre. Foto: Wladimir Torres/EL COMERCIO
Alrededor de 30 000 personas acudieron en la primera semana de atención al público, informó la firma Reprolimit, empresa que instaló y opera la rueda de la fortuna.
Martín Schwartz, representante de Reprolimit, resaltó la tranquilidad y el orden de los visitantes, a pesar de la alta concurrencia. Y dijo que la asistencia de público en los primeros ocho días llenó las expectativas de la empresa.
“Hemos montado un gran operativo de seguridad, barreras en zigzag para ordenar al público y pusimos una caja más en boletería, inicialmente teníamos tres, e incorporamos una cuarta”, dijo Schwartz.
El nuevo atractivo también ha traído complicaciones a la ya congestionada circulación vehicular de las horas de pico, en la intersección de la avenida Malecón y calle Loja, centro de la ciudad. La tarde de este miércoles las hileras de tráfico alcanzaba las 10 cuadras, hasta 9 de Octubre.
A las 18:00, las plazas de estacionamiento de Malecón y Loja estaban copadas y una barrera cerraba el paso al acceso vehicular, con un aviso: “Lo sentimos, nuestro parqueo está lleno”.
La alta concurrencia de la tarde y noche contrasta con el poco público matutino. La mañana de hoy jueves 3 de noviembre, solo 15 personas aguardaban por subir a la atracción en la apertura de los recorridos.
La primera mitad del día, hasta las 16:00, la asistencia es baja; y el pico de mayor concurrencia se produce entre las 19:00 y las 21:30, según la operadora.
Richard Verdesoto quiso ser uno de los primeros en pasearse por los 57 metros de altura en la primera semana de operación. “Quise aprovechar que en la mañana estaba vacío, pero espero volver a visitar La Perla por la noche”, dijo el guayaquileño, que confesó haber sentido un poco de vértigo.
Las 1 400 luces LED que adornan la rueda la potencian como atractivo nocturno. La noria gigante cuenta con 36 cápsulas con capacidad para seis personas cada una. Las cabinas disponen de aire acondicionado y servicio de Internet por Wifi.
La entrada general cuesta USD 3,50 de lunes a viernes; y USD 5, los fines de semana y feriados. Las personas de la tercera edad y con discapacidad cancelan la mitad del valor.
Además se ofrece la opción de una entrada exprés, que evita a las personas hacer fila y otorga acceso directo a las cápsulas. El valor es de USD 7, de lunes a viernes; y de USD 10, los sábados, domingos y feriados.