Hay preocupación en la zona. 196 casas y más de 40 hectáreas de cultivos resultaron afectados por los vientos huracanados en las provincias amazónicas de Pastaza y Morona Santiago.
Las ráfagas de viento desprendieron decenas de árboles y ramas. La emergencia empezó desde la noche del sábado pasado. Se destruyeron los techados de zinc y de paja.
Las estructuras de madera de algunas viviendas también fueron dañadas por la caída de árboles, que en su mayoría pertenecen al bosque primario.
Además, los cultivos de plátano, maíz, yuca y frutas se perdieron. Así lo informó la Unidad de Gestión de Riesgos de Pastaza.
Enrique Meza, coordinador, explicó que en el Puyo la noche del sábado ocurrieron fuertes vientos que movían los techos y los árboles de la ciudad. Pero ahí no hubo daños materiales.
Esto alertó al Comité de Operaciones Emergentes (COE) de la provincia. Sus miembros viajaron el domingo hacia el interior de la Amazonía.
Dos equipos se movilizaron para evaluar los daños notificados a esa entidad. Las zonas afectadas se sitúan a 40 minutos de vuelo desde Shell (Pastaza).
El personal de la Secretaría de Riesgos constató, hasta ayer al mediodía que regresaron a Puyo, 196 viviendas afectadas.
No obstante, Meza aclaró que este es solo el informe preliminar. “Falta por conocer qué pasó en las comunas más internas en la selva. El acceso es difícil”.
Entre las comunidades afectadas en Pastaza constan Kumay (22 casas), Ankuash (18), Kahua (22), Kuakash (23), Shauk (4) y San José (18). En Morona Santiago, Karin (15), Mamayak (28) y Zuritiak (10).
En la tarde de ayer, Meza y otros técnicos retornaron a la zona de afectación. El objetivo fue conocer si los dirigentes de las comunas sabían de más familias con daños en sus viviendas.
Además, trasladaron las primeras raciones alimenticias, que durarán para tres o más días. Llevaron arroz, azúcar, aceite, atún, sal, avena y otros.
De las viviendas, 10 tenían techo de zinc. Las planchas de este material será devuelto a través del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi).
Las construcciones de caña guadúa y paja, típicas de la zona, serán reparadas con el apoyo de la Gobernación, las Fuerzas Armadas y los comuneros.
Hernán Parra, técnico del Instituto Nacional de Meteorología en Hidrología (Inamhi), señaló que la entidad no registró ningún evento diferente en los vientos durante el fin de semana.
Pudo ocurrir, señaló, que chocaron dos corrientes: una cálida y otra fría. Eso ocasionó un descenso brusco y vientos fuertes.