ambato@elcomercio.com
Las calles adoquinadas del centro de Baños de Agua Santa, en Tungurahua, se llenan otra vez de turistas.
Jóvenes de entre los 18 y los 35 años con pantalones flojos, camisetas, bividís y sandalias caminan por esta ciudad, considerada como la más turística de la provincia. Unos van en bicicleta, otros en buggis (carros automáticos pequeños) y otros a pie.
La reactivación del volcán Tungurahua, desde el pasado 28 de mayo, alejó a más de 3 000 turistas nacionales y extranjeros que arriban cada semana.
Según la Cámara de Turismo, más de 5 000 personas visitan semanalmente Baños. Ellos llegan desde varias partes del país y también del extranjero, especialmente de Europa.
Miguel Castañeda llegó desde Perú. El joven no sabía sobre la nueva erupción del volcán. Además, dice que a Baños no le afecta. “Aquí no pasa nada. Uno sale muy temprano a realizar deportes extremos en los ríos en la vía al Puyo o hacia las cascadas en bicicleta”.
Luego, cuenta, regresa al hotel, se da un baño y sale a comer a buen restaurante. Después va a un bar en la calle Eloy Alfaro, donde está la zona rosa.
Luis Córdova, propietario de la discoteca Santo Pecado, dice que la información no adecuada que se ha dado del volcán les ha afectado mucho.
“Es una ciudad que vive totalmente del turismo. Pese a que aquí no pasa nada, muchos conocidos nos han llamado a preguntar si estamos bien. Cómo es posible”, se pregunta el operador.
Por eso los comerciantes, los artesanos, los operadores turísticos y las autoridades se han unido para reactivar el turismo en la zona.
Para ello organizarán conciertos, arte popular en la calles, más tours a las zonas aledañas, promociones turísticas, entre otras actividades dirigidas para los visitantes nacionales y extranjeros.
Hugo Pineda, alcalde de la ciudad, dice que en Baños están habituados a convivir con el Tungurahua. “Ya han pasado 11 años que se reactiva 15 días y luego vuelve a la calma”. Además, comenta que con los simulacros que realizaron demostraron que tienen un sistema de alerta temprana que funciona y que convierte a Baños en un ciudad segura frente a cualquier inconveniente.
En Baños, las tiendas de artesanías, los restaurantes, las cafés y los bares están abiertos normalmente. Las entidades públicas y privadas también funcionan en horarios habituales. Las vías están despejadas y los hoteles listos para recibir a los turistas.