Los municipios de Tulcán (Ecuador) e Ipiales (Colombia) decidieron solucionar juntos el problema de la disposición final de la basura. “La idea es recuperar el plástico, el vidrio, el papel, el cartón y los desechos orgánicos, que se generan en las dos ciudades, para reutilizarlos y venderlos a la industria”.
Así resume Wilmer Villareal, director de Gestión Ambiental y Riesgos del Municipio de Tulcán, el proyecto Manejo integral de residuos sólidos en la región fronteriza de Ipiales y Tulcán.
Por el momento, se construye un galpón en la zona de La Palizada, al norte de la capital del Carchi. Hasta este lugar llegarán las 45 toneladas diarias de basura que produce Tulcán. Ahí será clasificada, empacada y transferida a otro centro de aprovechamiento que también se levanta en Ipiales, en El Rosario, a 10 kilómetros de la frontera con Ecuador.
fakeFCKRemoveLos residuos de Tulcán se sumarán a las 75 toneladas de desechos diarios que produce Ipiales. Y, una vez que todo el material inorgánico sea reclasificado, lavado y empaquetado se enviará a las plantas industriales del interior de Colombia, en calidad de materia prima. Mientras que los residuos orgánicos serán procesados en la planta de Ipiales, para transformarlo en abono, explica Mauricio Isacas, gerente de la Empresa de Aseo de Ipiales.
“Este proyecto es único en Sudamérica”, según Raúl Nieto, responsable de integración y desarrollo fronterizo de la Comunidad Andina de Naciones, que apoya la iniciativa.
Esta propuesta llamó la atención de los alcaldes de los poblados fronterizos de Bolivia y Perú, que visitaron Tulcán en Ipiales para conocer detalles e intentar replicar este modelo.
La idea surgió a mediados del 2002. Ese año Tulcán abrió durante cuatro meses las puertas de su relleno sanitario para que Ipiales depositara sus desechos. Así se solucionó la emergencia sanitaria, declarada en el lado colombiano, tras un atentado que destruyó un puente de acceso al relleno y que puso en riesgo la salud de sus habitantes. “Ese fue el preámbulo para que se impulsara este plan conjunto”, asegura Isacas.
La administración de los centros estará a cargo de una empresa binacional. Se calcula que las dos plantas estarán operativas en tres meses, pero ya hay avances.
El Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda financió la primera fase de diagnóstico de este proyecto. Uno de los detalles, por ejemplo, permitió conocer que de las 75 toneladas diarias de Ipiales, 60 son orgánicas y 15 son inorgánicas. Tulcán produce 30 toneladas de desechos orgánicos y 15 de inorgánicos.
Por lo pronto este acuerdo de mancomunidad entre Tulcán e Ipiales ha abierto la posibilidad para impulsar otros convenios.
Se habló, entre otras cosas, de la necesidad de reforestar las cuencas binacionales utilizando, precisamente, productos como los abonos orgánicos que se producirán con los desechos producidos en esta zona fronteriza.