Con el traspaso de la granja General Proaño, ubicada en Morona Santiago, al Ministerio de Agricultura culminó el proceso de eliminación del Centro de Reconversión Económica de Azuay, Cañar y Morona Santiago (CREA).
A la Secretaría Nacional de Desarrollo (Senplades), que estuvo a cargo del proceso, ahora le compete constatar que los beneficiarios cumplan con los proyectos que presentaron para recibir los bienes del CREA.
fakeFCKRemoveLas más de 30 entidades beneficiarias de 10 granjas y otros predios tienen ocho meses para presentar los proyectos de negocios que deberán elaborar con las comunidades de su área.
Para la transferencia, la Senplades diseñó un plan. Las granjas rurales grandes pasaron a las universidades para programas de investigación. Las de menor tamaño a las prefecturas y los bienes urbanos a los cabildos.
Según la subsecretaria regional de la Senplades, María Caridad Vázquez, las universidades abrirán centros de investigación. La de Cuenca, por ejemplo, recibió la granja de Burgay, en Victoria del Portete, a 20 kilómetros al sur de Cuenca.
Era la propiedad más grande del CREA (507 hectáreas entre pasto, bosque y pajonales). Allí se abrirá el Centro de Excelencia Agropecuaria Regional para la formación e investigación.
En cambio, las prefecturas deben reactivar la agroproducción. El Consejo Provincial de Azuay recibió las granjas de Guachapala (20 hectáreas), Sígsig (6 hectáreas), La Unión (4 hectáreas) y una casa para los cacaoteros en Ponce Enríquez.
Las tres primeras tienen sistemas de riego y sembríos. Según el prefecto, Paúl Carrasco, creará una empresa pública para manejar los negocios agroproductivos de las granjas.
Pero no todos están contentos con la repartición. Según el alcalde de Santa Isabel (Azuay), Ramiro Quezada, de las 21 hectáreas que tiene la granja, La Unión recibió 14. Mientras la Prefectura azuaya y Mensajeros de La Paz tienen el resto.
Él esperaba la totalidad porque desde hace 20 años el Municipio trabajó con el CREA en proyectos productivos.