Torres salvavidas herramientas indispensables para los rescatistas

Torres salvavidas

Torres salvavidas

En la playa Murciélago, en Manta, existen tres torres salvavidas. Foto: Patricio Ramos / EL COMERCIO

Las estructuras de madera, con cubiertas de duratecho, resaltan en los sitios con mayor vista panorámica en las playas de nueve cantones costeros de Manabí, en la costa de Ecuador.

Esas especies de casetas son las torres, donde los salvavidas se ubican para observar el comportamiento del mar y vigilar que los bañistas no sean sorprendidos por los fuertes oleajes, debido al vaivén de las corrientes marinas.

En cuatro playas del cantón Manta, las torres son el sitio de concentración de los rescatistas de las fundación Salvares del puerto manabita. La escalera de acceso de una torre está a dos y tres metros de altura, desde la arena. En la playa Murciélago, ubicada en el suroeste de Manta, existen tres torres. Una está en la mitad de los dos kilómetros de playa y las otras en los extremos norte y sur del balneario.

Las torres en una playa marcan la diferencia en el tema seguridad, porque son como el valor agregado del lugar, comenta Ricardo Pin, presidente de Salvares. "Cuando un bañista camina hacia la playa antes de enfocarse con el mar mira si hay torres, especialmente cuando llega acompañado de su familia".

Según Pin, las playas urbanas del puerto manabita, Los Esteros, Tarqui y Murciélago reciben el mayor número de bañistas; sobre los 100 000 anuales. Están dotadas con cinco torres: una en Tarqui, tres en Murciélago y una en Los Esteros. En cada torre existe un equipo de cinco personas.

En la playa Murciélago, los rescatistas rotan en turnos de cuatro horas, trabajan en parejas desde las 08:00 hasta las 18:00 de lunes a viernes, feriados, sábados y domingos hasta las 19:00. En Murciélago, dos de las tres torres fueron construidas para dar soporte a los juegos Sudamericanos de playa que se desarrollaron en Manta durante el 2013.

Las torres están ubicadas a 100 metros de la zona de los bañistas. Las estructuras de cuartones de madera -resistente a la salinidad- se alzan a tres metros de la arena.

En la playa Santa Marianita hay altillos construidos de caña guadúa. Foto: Patricio Ramos / EL COMERCIO

Las rampas de acceso son de madera y miden 90 centímetros de ancho por cuatro metros de largo y se extiende hacia la arena. Tiene un pasamano, no existen gradas (en algunas), lo cual facilita la subida y bajada de los rescatistas cuando tienen que atender una emergencia, señala Pin.

Los turistas riobambeños, Manuel y Efraín Rodríguez, saben de lo valioso de las torres en las playas. "Hasta para salvar a una mascota se requiere de un sitio alto desde donde se miren sus movimientos; nosotros respetamos mucho el mar y sabemos de la importancia de esa infraestructura en las playas".

En las playas rurales, como Santa Marianita, hay altillos construidos de caña guadúa que son utilizados como miradores para los rescatistas. En San Mateo, también existe una torre técnicamente construida.

Según Orfa Cabezas, de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) en Manabí, hay torres en las playas de los nueve cantones costeros de la provincia. "Los salvavidas están presentes en esos lugares y están bien entrenados".

Las torres también permiten divisar a lo largo de las playas que los bañistas no provoquen escándalos. Según Pin, se espera que los gobiernos seccionales de cada cantón costero se hagan cargo del mantenimiento de las torres y de la remuneración de los rescatistas, porque muchos son voluntarios.

Torre salvavidas ubicada en la playa San Mateo, en Manta. Foto: Patricio Ramos / EL COMERCIO

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