#SoyEcuatoriano: Pablo Andino cuenta que el terremoto de Pedernales les tocó en el corazón

Pablo Andino saluda a su hija Amelia con un beso. Ella le fue a recibir en el aeropuerto Mariscal Sucre de Quito. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

Pablo Andino saluda a su hija Amelia con un beso. Ella le fue a recibir en el aeropuerto Mariscal Sucre de Quito. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

La fuerza de tarea del Cuerpo de Bomberos de Quito, que apoyó en la búsqueda y rescate de las víctimas del terremoto, retornó este 23 de abril a la capital. El personal fue recibido con honores en el aeropuerto Mariscal Sucre, ubicado en Tababela.

Luego de los aplausos, abrazos, ovaciones y el beso de su hija Amelia, de cuatro años, el teniente de bombero Pablo Andino, de 36 años, relató cómo fue su experiencia en Manta. Esta fue una de las ciudades de Manabí afectada por el terremoto de 7,8 grados en la escala de Ritcher.

"Esta es la segunda vez que el equipo de bomberos enfrenta un terremoto. En el 2010 estuvimos en Haití. Ahí no rescatamos tanta gente con vida como ahora. Además en esta ocasión, en el terremoto del sábado pasado, el trabajo fue más doloroso, porque estuvimos atendiendo a nuestra gente, en nuestra tierra. Esto nos tocó en el corazón. Pero cumplimos el objetivo y se salvó al mayor número de vidas posibles.

En los primeros días tuvimos que sacar fuerzas de donde sea. No dormimos ni comimos y no porque no teníamos alimentos, sino porque no había tiempo. Todo el mundo quería trabajar para salvar las vidas de más personas.

Los más duro fue levantar las placas de cemento y encontrar a personas fallecidas. Hubo tragedias fuertes. Por ejemplo, vimos a un padre cubriéndole a su pequeña hija. Ambos estaban muertos. Eso fue doloroso, por eso al llegar acá -a Quito- yo agradecí a Dios por tenerle a mi hija Amelia. Ella es la alegría de mi vida.

Espero que una tragedia así nunca más vuelva a pasar en el país. En este sismo se evidenció como el amor de la familia permanece hasta el último momento. Los cuadros que vi, de personas que fallecieron abrazadas, quizá no me olvide nunca.

A las personas que han venido a recibirnos debemos agradecerles. Esto nos llena el corazón. Los bomberos no somos héroes, solo cumplimos con nuestro trabajo. Para esto nos formamos, nos entrenamos.

Los compañeros bomberos de Manta nos ayudaron también en todo durante las labores de búsqueda y rescate. Además mucha gente llegaba con alimentos, agua para que recuperemos las fuerzas y sigamos con nuestro trabajo".

Suplementos digitales