Rodrigo Mendieta, de 61 años, nunca vio un movimiento de tierra igual al registrado, el martes en la noche, en el cantón Santa Isabel, al sur de Azuay.
Él nació en la comunidad de Peña Blanca, a tres kilómetros de Puenteloma, zona en la se presentó un macro deslizamiento de tierra que obstaculizó la carretera Cuenca-Girón-Pasaje, que comunica a Azuay con El Oro.El deslizamiento no está relacionado con las lluvias porque no se registran precipitaciones en el lugar desde hace dos semanas, dice Mendieta. “Hace seis o siete años se activó una falla geológica en el sector, pero no de la magnitud de esta. Sabíamos que este sector es inestable”. Ayer miraba una y otra vez el sitio para buscar una razón del hecho.
14 familias están afectadas por la pérdida de cinco viviendas o sus cultivos y animales. Unas 70 personas que habitaban la zona fueron evacuadas por los bomberos. Ellos no fueron a los albergues sino a las viviendas de sus vecinos o familiares en poblados cercanos como Santa Isabel o La Unión.
La mañana de ayer Mendieta estaba en el área de la tragedia y se mostraba sorprendido. La carpeta asfáltica de la carretera estaba destrozada, “parece que hubo un terremoto solo en este sector”.
En 760 metros de esta vía hay montículos de tierra que obstaculizan el paso y el suelo está agrietado y existen surcos profundos.
Ese tramo de la carretera estaba desolado, solo llegaban pocos curiosos y transeúntes que caminaban entre las montañas inestables, de las cuales seguían cayendo piedras y tierra.
A pocos metros de la carretera, en medio del deslizamiento está la vivienda de Germán Vega. Es la única de las tres que se mantiene en pie, en su media hectárea de terreno. Pero está agrietada y con riesgo de caerse como las otras.
“Lo perdí todo”, decía Vega en una reunión que mantuvieron, ayer, los afectados con autoridades azuayas y del cantón. Ellos pedían ayuda del Gobierno.
Vega también perdió a sus cerdos. El pasado martes, cuando se presentó el deslizamiento, él intentó sacarlos, “pero no pude”.
Según él, fue una tragedia que se venía anunciado en el sector. Él no vive en su propiedad, por sus negocios en la capital azuaya, pero sus trabajadores sí.
Ellos le llamaron por teléfono hace 15 días y le contaron que en los alrededores de su casa se abrió una grieta. Vega fue de inmediato al lugar y verificó el comentario. Ordenó que se suspenda el riego en sus plantaciones de frutas.
Hace una semana recibió otra llamada. Sus colaboradores le contaron que sintieron un temblor y que notaron que en la tierra empezaron a formarse grietas.
Otra vez, él se trasladó a su terreno y constató que el suelo se estaba abriendo y que las paredes de sus tres casas estaban agrietadas. “Me dio pánico y empecé a sacar algunas cosas”.
Pero el fin de semana notó que la situación se agravaba y que ya había pequeñas grietas en ese tramo de la carretera Cuenca-Girón-Pasaje. “Ayer (martes pasado) fue el peor día, las grietas se hacían más grandes y la tierra caía a la vía y se obstaculizó el paso en el transcurso del día”.
A la zona llegaron entidades como el Municipio de Santa Isabel y de los Bomberos de Cuenca para apoyar con maquinaria y técnicos. Con ello lograron abrir un paso provisional para que los vehículos livianos circulen. Pero este camino alterno no soporta un tráfico intenso.
Vega cree que la causa de este movimiento de tierra es que en la zona existe una falla geológica. “No sé por qué se activó solo espero que no empeore la situación y la tierra siga cayendo”.
Mendienta, en cambio, piensa que es por la gran cantidad de sistemas de riego que hay en el sector. María Sinchi vive en la parte alta de Puenteloma, a unos cuantos metros de su casa hay una grieta que se abrió por la falla geológica. Ella ayer lavaba su ropa y estaba tranquila porque nadie le notificó que estaba en riesgo.
La carretera que une Azuay y El Oro está cerrada
En la mañana de ayer, tras sobrevolar el sector de Puenteloma, en el cantón Santa Isabel, se reunió el Comité de Operaciones Emergentes de Azuay (COE). Por la magnitud del macro deslizamiento y por el peligro declararon la alerta naranja en la zona.
El tramo afectado por una falla geológica comprende 50 hectáreas. 12 millones de m³ de tierra se desprendieron bloqueando un tramo de 760 metros de la vía Cuenca-Girón-Pasaje, que une a Azuay con El Oro.
La alerta naranja incluye la prohibición total del paso peatonal y vehicular por el sector y en otros tres kilómetros a la redonda del deslizamiento. Puenteloma es una zona donde se cultiva cebollas, tomates, pimientos… y sus habitantes usan sistemas de agua para el riego. Hay pocas viviendas y carece de alcantarillado.
Por la falla geológica hay riesgo que se caigan más escombros a la carretera. También se teme por el colapso de dos reservorios de agua ubicados en la cima de la montaña afectada y que alimentan a los canales de riego.
El desfogue lo determinará un nuevo informe técnico que estará listo hoy, dijo el gobernador azuayo y presidente del COE, Leonardo Berrezueta. Pero en el sobrevuelo se vio que no sería posible porque no hay una zona segura y eso podría acelerar el macro deslizamiento, agregó Berrezueta.
Según el prefecto, Paúl Carrasco, no pueden intervenir con maquinaria hasta que el informe técnico determine las acciones a seguir. Las vías alternas Puenteloma-Tugula y Puenteloma-Minas de Huascachaca no presentan garantías para soportar un intenso tránsito y vehículos pesados.
Mientras, la rehabilitación del paso por la vía Cuenca-Girón-Pasaje no está definida porque hay que construir una variante. Por ahora las opciones de circulación para viajar entre Azuay y El Oro son las carreteras Molleturo-Naranjal y la Cuenca-Loja.
Cuando esté listo el análisis técnico, la Subsecretaría de Riesgo presentará un informe sobre las necesidades para conseguir recursos del Gobierno.