El sismo ocasionó mucho miedo en varias regiones del país

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‘La profundidad del sismo nos salvó”, dice Elizabeth Jácome mientras mira los taludes de tierra intactos que rodean al barrio San Luis Mirador, en el oriente de Ambato.

“El sacudón duró más de 40 segundos. Acababa de levantarme cuando empezaron a mecerse las lámparas y los postes de alumbrado público. Corrí, abrí la puerta y desde el mirador observé la ciudad. No había nubes de polvo. Ninguna casa se había desplomado. Me tranquilicé”.Ayer no todos los habitantes de la Sierra centro, Guayas y la Amazonía sintieron el sismo de 7,2 grados Richter, localizado a 238 km de profundidad en una zona selvática del cantón Arajuno, en Pastaza. Pero quienes lo percibieron salieron a las calles.

En Ambato, a las 06:55, los locutores comentaban el fenómeno. Las llamadas telefónicas, desde distintos barrios, reportaban del susto. A las 08:00, en la avenida Indoamérica, en el nororiente de Ambato, una parte de un muro de tierra se desplomó por el sismo. La tierra cubría hasta media vía y dificultaba el paso de los buses interprovinciales. Maquinaria y personal del Municipio abrió paso una hora después.

Periodistas de medios de Nueva York y Bogotá llamaron para averiguar qué había pasado, pues decían que Ambato y Puyo habían desaparecido. No podían creer que, dada la magnitud del sismo, no hubiera ocurrido una tragedia como aquella de 1949 o la más reciente de Haití.

Patricio Ramón, técnico del Instituto Geofísico, dio una explicación. “La profundidad del sismo influyó para que no se reportaran víctimas ni daños materiales de consideración. Si hubiera ocurrido a 20 km de la superficie, los daños serían devastadores”.

En Pastaza y Napo, lugar del epicentro, la gente comentaba el evento. Marcelo Rivera vive en una casa de madera a las afueras de Puyo. El vaivén de un adorno colgado en la puerta de su casa le alertó. La comerciante Mónica Cabrera tampoco sintió nada en su negocio en el sur de esa urbe.

Jorge Paredes, jefe político de Pastaza, confirmó que en esa provincia no hay heridos ni daños materiales. Hasta las 15:00 de ayer ya había visitado los cantones Santa Clara, Arajuno, Mera y Pastaza. “La gente sintió un suave movimiento telúrico, pero por suerte no pasó del susto”.

Las comunidades más cercanas al sector del epicentro son Tihuano, Villano y Ramón Playa.

A media hora del Puyo, en la comuna Capricho, provincia de Napo, Edwin Castillo contó que se enteró del evento por la televisión. “Recibí muchas llamadas de mis familiares en Pelileo y Ambato. Me contaban que allá el sismo fue fuertísimo y pensaban que acá hubo un terremoto”.

En el Tena, Galo Miño, coordinador de la Unidad de Secretaría Nacional de Riesgos, dijo que la sacudida no se dejó sentir en la mayor parte de la provincia.

“Las ondas expansivas sacudieron al resto de las provincias. “Acá no hay daños. Las vías están expeditas para recibir al turista desde hoy. No pasó nada”, recalca.

En el Litoral, el susto fue la constante en la mayoría de habitantes de cuatro provincias de la Costa. Temprano, a pocos minutos de ocurrido el sismo, el Inocar descartó un posible tsunami.

Todo Guayaquil sintió el movimiento. En barrios como La Garzota, Sauces, La Alborada y otros hubo habitantes que salieron a las calles como protección.

En Samanes, Urdesa, Flor de Bastión y otros se presentaron cortes de luz en algunos sitios; no duraron mucho tiempo. El movimiento de los cables causó cortocircuitos.

En el segundo piso del destacamento de Bomberos, ubicado en la 10 de Agosto y Esmeraldas, se detectaron fisuras en el edificio de 30 años. En Bucay, El Triunfo y Naranjal no hubo novedades.

En el barrio 4 de Noviembre, en Manta, se desprendió un tumbado, lo que ocasionó heridas a Rosa Delgado, de 50 años. Tuvieron que hacerle una sutura de seis puntos en su cabeza.

En Los Ríos, la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos no registró daños materiales ni víctimas humanas, pero sí hubo alarma en sitios como Mocache, Valencia, Buena Fe y Quevedo.

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