Simulacro de tsunami en la Costa de Ecuador evidencia limitaciones en Crucita y Muisne

Este viaducto es el principal acceso para evacuar a los pobladores de la isla de Muisne.

Este viaducto es el principal acceso para evacuar a los pobladores de la isla de Muisne.

En el malecón de Crucita se ha instalado señalética sobre las rutas de evacuación. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

Los pobladores de Crucita, en Portoviejo (Manabí), y Muisne (Esmeraldas) aún no se sienten preparados para evacuar en caso de que se produzca un tsunami.

Las capacitaciones y simulacros que se han desarrollado en esas provincias, luego del terremoto del 2016, no han sido suficientes para que las 8 300 personas que viven en esas zonas puedan reaccionar a tiempo. Los habitantes dicen que los sitios de evacuación que se establecieron son inadecuados, porque están lejos de los poblados o los caminos están en mal estado.

Otra incertidumbre son las nuevas construcciones, que en el caso de Muisne no han cumplido con la Norma Ecuatoriana de la Construcción (NEC). Los habitantes serán puestos a prueba en un nuevo simulacro en el perfil costanero, que emulará al del 31 de enero de 1906, que fue de 8.8 grados en la escala de Richter. Participarán los habitantes de seis provincias costeras y se activarán 178 sirenas del Sistema de Alerta Temprana (SAT).

Infografía de las zonas que participan en el simulacro de tsumani en la Costa de Ecuador. 

En Crucita no todos estarán este viernes 31 de enero de 2020 en el ejercicio. En el sector de Los Gilces, los moradores señalan que en noviembre del 2019 asistieron a un simulacro organizado por el Municipio y que no pueden dejar sus trabajos y obligaciones en el hogar para ir a este nuevo.

Maritza Delgado dijo que uno de los inconvenientes que desmotiva a la población es que la zona de evacuación en el cerro Monserrate está a más de 20 minutos del poblado. “Esa zona no es la correcta y eso hace que perdamos interés”.

Javier Santos, director provincial de Gestión de Riesgos, señaló que se ha evidenciado que en Manabí hay cuatro puntos de evacuación inadecuados en Crucita, Cojimíes (Pedernales) y en el balneario San Jacinto de Charapotó (Sucre).

Por ello se tiene previsto construir sitios de evacuación verticales; es decir, como torres. Pero hasta que los municipios consigan el financiamiento, los moradores deben acudir a las zonas actuales.

Samuel Moreira, jefe técnico de la Unidad de Riesgos del Municipio de Portoviejo, señaló que en Crucita se ejecutará un proyecto de construcción de torres, que servirán como miradores para el turista y como zona de evacuación.

Además, se analiza la base estructural de tres edificios que podrían servir como punto de evacuación en el malecón. Se instalarán escaleras de emergencia para que los pobladores puedan refugiarse en el último piso del inmueble.

La zona urbana de Portoviejo llega a este ejercicio con una mejor preparación.

En la ciudad se hace hincapié en que las nuevas edificaciones cumplan la NEC. El Municipio realiza inspecciones en las obras para corroborar que se utilicen los materiales adecuados. También se hacen patrullajes con drones para evitar que se construya en zonas de riesgo.

Muisne tiene una realidad distinta. El inconveniente, según los pobladores, es la poca información sobre prevención y desastres, pese a que han hecho seis simulacros con estudiantes y la población.

Este viaducto es el principal acceso para evacuar a los pobladores de la isla de Muisne. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO

José Rosado, director de Gestión de Riesgos del Municipio, informó que la respuesta de las personas a la preparación es muy lenta y la participación para la evacuación es baja. “No podemos decir que la población está en un 100% preparada, pero sí un 25% de los 700 habitantes de la isla de Muisne”, señaló Rosado.

Diara Chere, quien vive en la isla, conoce la ruta de evacuación y la zona segura, pero tarda hasta 15 minutos en ir a los sitios seguros.

Tampoco hay suficientes vías. Por ejemplo, el puente peatonal de 350 metros de largo y construido en el 2017 tiene poco espacio para el flujo peatonal de los 400 estudiantes del plantel San Luis Gonzaga, señalaron las autoridades.

Después del terremoto del 2016, las construcciones se realizan de manera informal; es decir, no cumplen la NEC.

Francisco Yépez, comisario de Construcciones, señaló que según la norma técnica las viviendas se debían levantar sobre los 32 metros sobre el nivel del mar, pero se lo hizo sobre los 9 metros; de esa forma, los vecinos están en riesgo. Eso se observa en los barrios Santa Rosa (isla) y Chino (Nuevo Muisne, en el continente); habitados por pescadores artesanales, junto el manglar.

En Muisne se reubicaron 250 familias en el 2017, en las soluciones habitacionales del Gobierno, construidas en la vía hacia Bunche.

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