Germán Bolaños vive en el cantón Mira (Carchi). Él aún lamenta la pérdida de su cosecha de papa. El cultivo se secó en enero, cuando la zona fue afectada por una fuerte sequía acompañada de heladas. “El Gobierno debería ayudarnos. Yo tengo un préstamo de USD 1 000 y todavía no termino de pagar y perdí todo”.Lo único que este pequeño agricultor puede hacer, dice, es volver a sembrar. En esta zona, productora de papa, los campesinos ignoran que desde ayer está en vigencia el seguro agrícola. La póliza está pensada para los pequeños y medianos productores de arroz y maíz, en la Costa; y de trigo y papa, en la Sierra. Ramón Espinel, ministro de Agricultura, señala que por el momento solo las empresas Colonial y Seguros Sucre están en capacidad de dar este servicio. El seguro cubrirá las pérdidas provocadas por inundaciones, sequías, heladas, granizo, plagas y enfermedades registradas por las variaciones climáticas. “El Estado subsidiará el 60% de la prima, el resto lo pagarán los productores”, dice Espinel.Ayer, los agricultores de papa de Guano (Chimborazo) averiguaban cómo podían acceder al seguro. Ellos escucharon que tenían que gestionarlo a través de las cooperativas. Francisco Jarrín quería saber si lo podía tomar a través del Banco de Fomento, entidad con la que tiene un préstamo de USD 10 000. Él sembró tres hectáreas de papa. “Qué papeles pedirán, ojalá no sea tan difícil”.Diego Velasteguí, director de la Unidad de Seguro (Unisa), indica que grupos de técnicos irán capacitando a los campesinos. El seguro está dirigido para la producción de 10 a 20 hectáreas en la Costa y de 1 a 10 hectáreas en la Sierra. La diferenciación es por los tiempos de producción y costos. Por ejemplo, para sembrar una hectárea de arroz se requieren USD 800 y para cultivar la misma cantidad de papa, USD 3 000. Pedro López, de la Asociación de Arroceros y Soyeros de Los Ríos, dice que a la par del seguro el Gobierno debería estandarizar los precios. “Sin eso no habrá con qué pagar ningún seguro”.