Los vecinos de la zona donde se planifica la vía tienen un comité y colgaron carteles, como protesta. Les preocupa no recibir un pago acorde con su realidad. Foto: Juan Carlos Pérez / EL COMERCIO.
Cada vez que Yolanda S. mira sus tierras en el barrio San Juan de Río Verde, en Santo Domingo, se le hace difícil imaginar que sus cultivos de plátano, yuca y maíz desaparecerán debido a la construcción de una nueva autopista. Cerca de dos de las tres hectáreas que tiene están a punto de ser expropiadas por el paso de la nueva red vial que se hará en la ciudad.
La mayoría de obras viales de gran envergadura requieren de cierto porcentaje de expropiaciones de terrenos para poder llevarse a cabo. En el caso de Santo Domingo, la cantidad de predios que entrarán en este proceso serían unas 470, según un estudio preliminar de la consultora española Ineco, encargada de los estudios de ingeniería de la autopista.
Según dicho análisis, el 29% de los lotes están ocupados en actividades comerciales, el 42% son viviendas, el 5% combina vivienda y comercio, el 20% son potreros y en 1% se realizan trabajos agrícolas.
Yolanda aduce que no está “en desacuerdo con la construcción de una gran vía. Sin embargo, sería mejor que se levantara fuera de la ciudad para que no afecte a tantas familias”.
El estudio también señala que el 74% de los dueños de los lotes que probablemente sean expropiados no aceptan la ejecución de esta obra, debido a las consiguientes afectaciones que habría sobre sus terrenos.
Una de las preocupaciones de la mayoría de propietarios de los predios es el avalúo que se le está dando a sus lotes y construcciones. Además, está la incertidumbre sobre el futuro de sus negocios o actividades productivas.
Hilda Rendón, representante legal del Comité del Segundo Anillo Vial, sostiene que dentro de los 24 kilómetros por los que atraviesa el baipás antiguo, donde se construiría la nueva autopista, existe actividad comercial y agrícola. Considera que el valor que estas producen no ha sido tomado en cuenta en el cálculo para establecer el pago por los predios del lugar.
“No estamos de acuerdo con los precios de las indemnizaciones, ya que estos son irrisorios y fueron definidos con base en los avalúos del Municipio de años anteriores. Creemos que el Cabildo debe reconsiderar estos valores, ya que son ínfimos”, sostiene.
Rendón dijo que, por ejemplo, en uno de los predios ubicados en el redondel del Sueño de Bolívar, el avalúo del metro cuadrado es de USD 45. En este caso “no se está tomando en cuenta el verdadero valor comercial de un negocio que está establecido desde hace mucho. Es realmente una afectación económica” a las familias que habitan o laboran en el sector.
Según el director de Avalúos y Catastros del Municipio, Héctor Cilio, el cálculo por concepto de expropiaciones está sujeto a cambios. “Hay muchos elementos que modifican el valor del suelo. La construcción, los equipamientos, el sector de influencia o el mejoramiento de las vías cercanas”.
Cilio no descarta la posibilidad de que, en caso de ser necesario, se revisen los valores de las áreas que serían ocupadas para comprobar que estén acordes con los precios actuales del suelo y que cumplan con los requerimientos del Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización (Cootad).
A María Bautista Jarrín, de 75 años, le atemoriza que los cinco locales comerciales que construyó hace más de 20 años cerca del redondel del Sueño de Bolívar “sean indemnizados a un precio muy bajo”. “Yo vivo del arriendo de estos locales. ¿Qué hago si me dejan con muy poquita plata?”.
El director provincial del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, Mario Maldonado, manifestó que en los casos donde los propietarios consideren que el avalúo es bajo, se pueden acercar al Cabildo para que la entidad analice el ajuste correspondiente.
Ese sería el primer paso para llegar a un acuerdo. Maldonado asegura que a futuro existirá un proceso de peritaje para cada predio. Este se enfocará justamente en verificar si el cruce de información entre el departamento de Avalúos y Catastros y el Ministerio se apega a la realidad actual. De ser necesario se harán ajustes o rectificaciones .
A pesar de las problemáticas que giran en torno al proyecto vial, esta es una de las soluciones a la congestión vehicular que sufre el antiguo baipás, el cual soporta un promedio de aproximadamente 30 000 automotores en una vía de solo dos carriles. La nueva autopista tendrá ocho carriles.