Gloria Minda, vecina de la parroquia Santa Catalina de Salinas (Imbabura), anhela volver a observar el paso diario de las locomotoras, como hace seis décadas.
“El tren era nuestro transporte y nuestra alegría”, recuerda.
La esperanza de Minda y de sus vecinos recobró fuerza. El mes pasado empezó la reconstrucción del tramo del ferrocarril, de 29,1 km, entre Ibarra y la parroquia Salinas.
El Gobierno Provincial de Imbabura y la Empresa de Ferrocarriles Ecuatorianos (EFE) firmaron un contrato para la provisión de 49 995 toneladas de balastro (piedra partida), que se colocarán a lo largo de la ruta.
Esta obra es paralela a la instalación de los nuevos durmientes, que empezaron a llegar a la estación ibarreña el 28 de diciembre pasado.
Jorge Eduardo Carrera, gerente general de la EFE, señaló que más de USD 4 millones se invertirán este año en la rehabilitación integral del ferrocarril, en la región norte.
“Está prevista la compra de 30 000 durmientes y la restauración de las estaciones de Ibarra y Salinas”, añadió Carrera.
Desde febrero de 2007, un autoferro recorre esta ruta, como parte de un proyecto turístico.
Las estanterías de la tienda de Minda están llenas de pepinos, mandarinas y cañas. Ella está segura de que con la máquina a vapor llegarán más turistas. “Estos pueblos progresarían”.