El rock and roll que retumbaba en parlantes fue lo único que levantó de su asiento, a Maruja Regalado, de 83 años.
Las dos horas previas de escuchar pasillos y boleros para celebrar el Día de la Madre la pusieron nostálgica, pero con el ritmo que revolucionó la década de los ‘70, según recuerda, era momento de bailar.Delgada, de cabellos cortos y plateados olvidó por un momento el Parkinson que padece y alentó al resto de mujeres, de entre 65 y 90 años, que eran festejadas en el Colegio CEBI de Guayaquil.
La reina de la ciudad, Mariana Calderón, organizadora del evento, aplaudía la iniciativa de Maruja, quien en cuestión de diez minutos logró poner en la pista a cerca de 50 abuelitas. Ellas acudieron en representación de 24 centros gerontológicos de la urbe.
Muchas viven en asilos, otras participan de ayudas sociales que otorgan fundaciones.
“La ayuda a las personas adultas mayores está dentro del plan que me tracé durante mi reinado y qué mejor manera que homenajear a estas madres con alegría”, indicó Calderón.
La iniciativa fue satisfactoria para Ángela Parra Díaz (83) y Ana Licoa (80), quienes prefirieron bailar desde sus asientos.
Ambas pertenecen a la Fundación San Vicente de Paúl donde les enseñan a confeccionar carteras, pulseras y demás manualidades, de cuyas ventas subsisten.
Ángela y Ana, al igual que la alegre Maruja, quien vive en el asilo de ancianas Sofía Ratinoff, tienen familia. Los hijos las visitan, aunque no con la frecuencia que les gustaría, dice la primera de ellas.
El festejo, que inició a las 10:00 y culminó cerca de las 14:00, permitió que mujeres como Blanca Coppiano Concha, de 77 años, compartieran con otras los capítulos de su vida.
Blanca, médica odontóloga, aseguraba que ha tenido una vida llena de tropiezos, pero fue justamente por sus tres hijos que logró salir adelante. Los dos primeros de un compromiso del que enviudó a los 28 años.
“Tuve la oportunidad de viajar a Estados Unidos, pero sin mis tres hijos yo no era nadie, así que me quedé”, dijo. Por iniciativa propia vive en un asilo. “Adoro a mis hijos, pero quiero que ellos solitos tengan su hogar. Me visitan a cada momento y eso me hace feliz”.
De acuerdo con la reina Mariana Calderón, la ciudadanía necesita aportar más con las personas de la tercera edad, en honor al esfuerzo que ellos hicieron en su juventud, a favor de todos.
Sobre todo, para ayudar a las personas adultas indigentes.
Una de ellas es doña Rosa (75 años). Padece de demencia senil, fue encontrada caminando sola por policías, quienes la trasladaron a un asilo. Ayer solo reía, celebrando el Día de la Madre.