Policías y agentes municipales realizan controles permanentes en los espacios públicos del centro de la ciudad. Foto: Glenda Giacometti/ EL COMERCIO.
Con multas que van desde los USD 40 hasta los 400 se sanciona a las personas que incumplen las medidas de bioseguridad o liban en espacios públicos en Riobamba.
El Concejo Municipal aplica dos ordenanzas, que entraron en vigencia el 14 de septiembre pasado, para reforzar los controles tras la culminación del estado de excepción.
Durante los primeros 15 días de la aplicación de las nuevas legislaciones, las direcciones de Control Municipal, Higiene y Tránsito ya han emitido más de 120 citaciones a personas que no portan mascarilla, establecimientos que superan el aforo permitido, vehículos que circulan en días de restricción entre otras infracciones.
Con la primera Ordenanza se controlan los espacios públicos. Por ejemplo, si en la calle las personas consumen bebidas alcohólicas o sustancias sujetas a fiscalización, como la marihuana, son puestas a órdenes de la justicia y deben pagar multas que van desde los USD 100 hasta los 200, dependiendo de la gravedad de la falta.
La normativa se aprobó con el objetivo de disminuir el consumo de alcohol en la ciudad y dentro del contexto de la pandemia, para evitar nuevos contagios de covid-19 y reducir los sitios inseguros.
“Tenemos denuncias de que la gente sale a beber a los parques o en el interior de sus vehículos. Lo hacen sin mascarillas y ponen en riesgo a sus familias”, dijo Ciro Álvarez, director de Control Municipal.
En Riobamba hay al menos 11 puntos críticos donde frecuentemente se reúnen las personas para consumir alcohol. Se trata de parques, avenidas o calles secundarias de los barrios distantes al centro.
Según Álvarez, los controles en estas zonas tuvieron que reforzarse durante la pandemia. Los 42 agentes municipales recorren las zonas en compañía de policías y militares.
Uno de los sectores más frecuentados por libadores y trabajadoras sexuales es la Plaza Pública Eloy Alfaro. Allí los operativos se hacen a diario, pero los moradores denuncian que cuando las autoridades se van, la gente vuelve a aglomerarse.
“Tenemos miedo de pasar por la Plaza. Siempre hay peleas, las trabajadoras sexuales no han dejado de salir y los libadores que se concentran en la plaza no usan mascarillas”, relató Pablo Medina, un morador del barrio La Estación.
Para Napoleón Cadena, alcalde de Riobamba, la aprobación de la Ordenanza que sanciona a las personas que consumen licor es un avance en la lucha por evitar nuevos contagios de coronavirus.
Según datos de la Policía Nacional, al menos el 70% de los más de 1 600 llamados de emergencia durante la pandemia estuvo vinculado con el consumo de alcohol.
“Controlar el expendio y consumo de bebidas alcohólicas siempre ha sido un desafío para la ciudad, pero es aún más urgente hacerlo durante esta emergencia sanitaria, que no se termina”, señaló Cadena.
El Concejo Municipal también aprobó una Ordenanza para sancionar a quienes incumplan con el distanciamiento social y las medidas personales de bioseguridad. Este reglamento está vigente desde el 14 de septiembre.
Los agentes civiles de tránsito, agentes municipales y técnicos de la Dirección de Higiene ahora tienen la potestad para emitir notificaciones y multas a industrias, empresas o personas que incumplan con las nuevas disposiciones.
Ellos hacen recorridos semanales para verificar que, por ejemplo, los comercios y empresas de servicios no superen el aforo permitido.
Además, se conserva la restricción de tránsito vehicular de lunes a sábado y el cierre de espacios recreativos o deportivos, como los gimnasios, piscinas, bares y discotecas.
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