El centro de Tulcán, en Carchi, lució casi vacío el domingo último a pesar del feriado. Foto: José Mafla/ El Comercio
A 29 días de la aprobación de la Canasta Comercial, para reactivar la actividad económica en el Carchi, la incertidumbre continúa entre los dueños de almacenes y tiendas.
Ese es el criterio de Bayardo Martínez, director de la Cámara de Comercio de Tulcán. Argumenta que aún son pocos los negociantes que han optado por traer mercadería de Colombia para venderla en la provincia fronteriza, a un precio inferior al que se ofrece en el resto del Ecuador.
La Canasta Comercial, aprobada por el Comité de Comercio Exterior (Comex), faculta a 4 739 comerciantes del Carchi a traer 49 subpartidas arancelarias, entre las que están celulares, televisores, computadoras, electrodomésticos, línea blanca, productos de limpieza y aseo, neumáticos y confitería. Lo pueden hacer libre de aranceles y salvaguardias, hasta el 12 de junio del próximo año.
Sin embargo, deben pagar los impuestos al valor agregado (IVA), Consumos Especiales (ICE) y del Fondo de Desarrollo para la Infancia (Fodinfa).
“Esos tributos precisamente encarecen los artículos, que se intenta traer al Carchi, con relación a los que se ofertan en el sur de Colombia”, asegura Bayardo Martínez.
Se refiere al 12% del IVA, 5 del ICE y 0,5 del Fodinfa. Quizá por eso, hasta el viernes último, apenas cinco personas fueron las que habrían accedido a la Canasta Comercial. La cifra la dio Diego Landázuri, gobernador del Carchi.
Se trata de negocios como Comercial Segarra, que funciona en la avenida Bolívar, la más dinámica de Tulcán. Según Joffre Carvajal, administrador del almacén, la primera adquisición que hicieron, bajo este sistema, fue de 15 licuadoras, para probar suerte. “En una semana comercializamos seis aparatos. Las que trajimos del vecino país se venden a USD 75. Es decir, 10 menos de lo que cuesta normalmente en nuestro país”.
Otro comerciante que trajo mercadería desde Colombia es Eduardo Martínez. Compró un millón de pesos (USD 350) en confitería, para su almacén de caramelos y galletas. La diferencia de precios entre los productos colombianos y ecuatorianos es notoria.
Mientras que una funda de 24 bombones, que viene desde Ipiales (Colombia) cuesta USD 2,50. El nacional vale 3,50.
Eduardo Martínez considera que la Canasta Comercial no debería pagar ningún impuesto, para que los negociantes carchenses puedan competir con sus vecinos colombianos.
Para Yaco Martínez, miembro del Comité para la Reactivación Económica del Carchi, el principal problema de esta estrategia gubernamental para enfrentar la crisis, es que los montos de los cupos establecidos para traer la mercadería son muy bajos.
Cámaras del ECU-911 registraron un masivo regreso de ecuatorianos desde Ipiales, el martes 3 de noviembre. Foto: Cortesaía ECU-911 Carchi
Según la resolución del Comex, 3 740 comerciantes con facturación anual que no supere los USD 20 000 podrán importar hasta USD 8 496.
También 915 comerciantes, cuya facturación es entre USD 20 000 y 160 000 anuales, podrán traer USD 21 240. Y 84 comerciantes que facturan más de USD 160 000 al año tiene un cupo de 33 984.
Es por ello que los comerciantes recién están optando por productos de mayor costo como televisores y computadoras. Comercial Segarra, por ejemplo, aspira a ofertarlos desde este fin de semana, pues ya hicieron un pedido.
Otra razón es la falta de liquidez que vive el Carchi por efectos de la continua devaluación del peso frente al dólar, argumenta Yaco Martínez. Eso ha provocado que los precios de los productos que se ofrecen en Colombia sean más atractivos en relación a los de Ecuador.
Como parte del plan de reactivación económica del Carchi, el Gobierno también ofreció créditos. Desde esta semana se otorgará un promedio de USD 100 000 en préstamos. Así lo anunciaron la semana pasada el Gerente Zonal del Banco Nacional de Fomento y el Gobernador del Carchi.
Aseguraron que al momento hay 400 expedientes procesados. Ellos se sumarían a los 36 beneficiarios que habrían recibido USD 298 819 desde el 23 al 29 de octubre pasado.
A pesar de las iniciativas, la caravana de compradores ecuatorianos abarrota las tiendas y almacenes del sur de Colombia, durante fines de semana y feriados. Ese ocurrió durante los cuatro últimos días de asueto.
Mientras las calles de la capital del Carchi lucían casi vacías, estacionamientos como el del centro comercial Gran Plaza, de Ipiales, con capacidad para 426 vehículos y 250 motocicletas, lucían repletos.