Un Juez sentenció a prisión a un religioso tras comprobarse su culpabilidad en el delito de violación. El hombre violentó sexualmente a su hija durante 6 años, la embarazó y luego la abandonó en Perú.
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La víctima contó en su testimonio que su progenitor la violó desde los 5 hasta los 11 años de edad. El religioso aprovechaba los momentos en que estaban solos en casa para cometer las agresiones recurrentes.
Madre de la víctima no impidió las violaciones
El padre la amenazaba con matar a su madre si le contaba lo que estaba pasando. Pese a las intimidaciones, la mujer habló de las violaciones, pero su madre no le creyó.
Según dijo la víctima, en alguna ocasión, su progenitora presenció una violación y no lo impidió.
Religioso abandonó a niña y su bebé en Perú
Producto de las múltiples agresiones sexuales, la niña quedó embarazada cuando tenía a penas 10 años. Su padre, Juventino de Jesús Espinoza, la llevó a un hospital de Perú para que diera a luz en 2019.
En el centro médico, él se identificó como su padre y afirmó que su hija había sido violada por un adolescente.
Cuando el personal sanitario le solicitó su documentación, el hombre adujo haber perdido los documentos y abandonó a la niña y a la bebé.
La víctima y su hija, que ahora tienen 15 y 5 años, fueron rescatadas e ingresadas en una fundación en Perú. Luego, fueron trasladadas a Ecuador, donde se las inscribió en un programa de protección.
Sentencia de 25 años de prisión
La Policía detuvo al religioso cinco años después, el 30 de abril de 2024, en la ciudad de Huaquillas, situada en la frontera del sur.
Tras una colaboración policial entre ambos países, se comprobó que sobre el individuo pesaba una orden judicial de captura por denuncias de al menos cinco violaciones cometidas desde 2011.
Por la violación a su hija, un Juez de Quito sentenció a Juventino de Jesús Espinoza este miércoles 18 de diciembre con una pena de 25 años.
Religioso cometió al menos otras cinco violaciones
Esta es la segunda condena que recibe por el mismo delito; en febrero de 2024, fue sentenciado por la violación de otra niña de 10 años.
De acuerdo con la información recogida por la Fiscalía, el hombre afirmaba que era sacerdote de la Iglesia Ecuménica. Su esposa, y madre de la víctima, lo acompañaba como misionera religiosa. Fiscalía también abrió una investigación previa en su contra.
En Perú, el individuo cambió de Consagración. En los cuatro años que estuvo en el país vecino, Juventino decía ser representante de la Iglesia San Giorgio.
El hombre aprovechó la cercanía de la ciudadanía tras presidir misas falsas en Perú para ganarse la confianza de niñas y adolescentes, a las cuales les llevó a vivir con él y luego las violentó sexualmente.
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