Luis Espín espera la camioneta que recolectará los 200 litros de leche que ordeñó desde las 05:30 del sábado anterior. Su casa está en la parroquia Marcos Espinel del cantón Píllaro en Tungurahua. Este mediano ganadero temía quedarse otra vez con su producto. Ya le sucedió hace 15 días a él y a otros 2 500 vecinos. En julio el litro de leche costaba USD 0,35. Ahora se cotiza en 0,30. Lo que obtiene al mes, Espín lo gasta en la alimentación de sus animales. “Aquí solo ganan los intermediarios y los empresarios. El trabajo es duro y no hay control”, se quejó el ganadero. A este problema se enfrentan 8 000 pequeños, medianos y grandes productores de Píllaro. En Píllaro se producen 120 000 litros al día. La leche se vende a 30 queseras y otras empresas dedicadas al enfundado y la preparación de yogur. En Tungurahua, la producción es de 250 000 litros diarios. A la fábrica productora de quesos de Marcelo Villacrés, en Píllaro, la leche llega en camionetas. Él compra 1 500 litros diarios. Paga USD 0,32 por litro. Pero en la última semana tuvo problemas para vender 2 000 quesos que llevó a Guayaquil. Comercializó el 70%. Por eso no compró leche el fin de semana hasta vender todos los quesos. Para el empresario Marco Proaño, dueño de Lácteos De Marco’s en Píllaro, el problema empezó en junio. “Meses antes, la demanda de lácteos creció y la leche no era suficiente para procesarla”. Recordó que el Gobierno aumentó el precio del litro de USD 0,35 a 0,39. “Eso fue contraproducente porque los agricultores se dedicaron a la pequeña ganadería. En consecuencia, la sobre oferta de leche rebasa los 300 000 litros por día en el país”, agregó.