Una pugna mantienen Etapa y los habitantes de Checa por una obra

En  Jatumpamba.   La cuencana María Quito  está en desacuerdo   que   Etapa construya una nueva planta.

En Jatumpamba. La cuencana María Quito está en desacuerdo que Etapa construya una nueva planta.

En la parroquia cuencana Checa, a 30 minutos de la capital azuaya, la polémica persiste. Una parte de la comunidad se opone a que la empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Etapa) construya una nueva planta de agua en esta jurisdicción.

Por esta pugna, que se mantiene desde hace cuatro meses, se registran problemas con el suministro del agua. Los técnicos de Etapa no pueden entrar a la infraestructura actual (llamada Abuga) para el mantenimiento.

Además, el agua está turbia desde hace un mes, dice María Abad. “No es todos los días, pero es frecuentemente”. Ella está a favor de que se ejecute el proyecto Soroche en la actual planta de Abuga.

Abad dice que el problema en el suministro del agua se presenta porque el sistema es administrado por la comunidad. “Ellos nos cortan el servicio de agua”.

El dirigente Tomás Ochoa señala que no están en contra de que la empresa Etapa construya una nueva planta, pero que no sea en la planta de Abuga porque pertenece a la comunidad. “La hicimos a través de mingas en 1994”.

Según Ochoa, este conflicto entre la comunidad y la empresa Etapa obliga a que durante las noches tengan que cortar el agua a la población porque no tienen la suficiente cantidad. “Etapa nos está cerrando las llaves”.

María Quito, de la comunidad de Jatupamba, vigila en una covacha de plástico que nadie ingrese a la planta con maquinaria. “Defendemos nuestra planta”.

Para el presidente de la Junta Parroquial de Checa, Jorge Torres, la situación es insostenible. Por eso, pide un pronunciamiento definitivo de las autoridades judiciales para que el personal de la empresa Etapa inicie las obras del proyecto Soroche.

Según Torres, hace un año y medio dialogaron con la población para que se realice un nuevo proyecto para abastecer de mejor manera a Checa y a las parroquias Octavio Cordero, Llacao, Sidcay y Ricaurte. “Allí, la población se pronunció a favor del proyecto”.

Torres dice que el objetivo de esta nueva planta es que exista un control del consumo del agua, al hacer que cada vivienda tenga un medidor. “Eso evitará los desprecios o faltantes que existen”.

El gerente de Agua Potable de la Empresa Municipal Etapa, Carlos Julio Jaramillo, dice que estos conflictos están perjudicando a la población no solo de Checa sino también a las de las otras cuatro parroquias que también se beneficiarán del nuevo proyecto.

Jaramillo está preocupado porque asegura que la mayoría de la población solicita que se inicien las obras lo más pronto porque existe escasez del líquido vital.

“No es posible que se trafique el agua y no podamos ingresar a los tanques”. Además, Jaramillo desmiente que las tarifas por el suministro suban en la parroquia Checa con la construcción de la nueva planta, “como se especula entre la población”.

Jaramillo asegura que los costos serán fijados según el consumo que cada familia realice y no será excesivo. Según él, continuarán con el proceso judicial que se inició contra el grupo de personas que impide que los obreros realicen los trabajos.

El conflicto legal

La Junta Parroquial  de Checa aportará con un presupuesto de USD 135 000 durante tres años para la construcción de la nueva planta de agua potable.

Un total de 1 200 personas  se beneficia  en la actualidad de la planta de agua potable de Abuga, que se encuentra en un terrero de 2 700 metros cuadrados.

El Juzgado XV  indicó que en primera instancia los contratistas de Etapa no pueden ingresar a la planta de Abuga. Los personeros de Etapa presentarán un informe técnico sobre los trabajos que se pretenden realizar.

Cada mes,  los habitantes de Checa   pagan un dólar por el servicio,  independientemente de la cantidad que consuman.

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