La caída de las primeras lluvias, tras ocho meses de sequía en la provincia del Carchi, no alegra a Pedro Armando Cucaz. Este campesino de Pizán (Montúfar) cosechó arvejas, el último fin de semana. “Con agua suficiente, aquí, un cuarto de hectárea produce 50 bultos de 30 libras cada uno. Ahora, coseché 20 bultos”. En otro sector de la provincia, en San Vicente (Tulcán), Edmundo Rosero recogió 500 quintales de papas. “Si llovía hubiera cosechado 900 quintales, en la hectárea que sembré”. Cucaz y Rosero no son los únicos preocupados. Según un informe del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap), la sequía afectó a 4 500 agricultores y a 2 000 ganaderos del Carchi. Por esa razón, el presidente Rafael Correa decretó la emergencia, que terminó ayer, luego de 60 días. Los miembros del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) se reunieron para evaluar los resultados de la medida. Hubo puntos de vista opuestos. Unos se quejaron por la falta de ayuda y otros resaltaron el envío de recursos para la ejecución de obras. Según César Ruiz, coordinador de formulación de planes y proyectos del Magap, la Cartera de Agricultura compró 200 toneladas de caña de azúcar en Imbabura. Este producto fue repartido en Mira, Espejo, Bolívar, Montúfar y Tulcán. “Se entregaron 14 kg por cada cabeza de ganado”. Jorge Lara, un campesino de Santa Martha de Cuba, recibió 56 kg para sus cuatro vacas. Para él, esa no fue una solución porque en ese sector los animales no tienen la costumbre de comer caña. “Por eso, algunos vecinos no fueron a retirar la ayuda”. Ruiz reconoce que el ganado vacuno de la zona no está acostumbrado a ese alimento. Por ello, explicó a los campesinos que tenían que picar el producto muy fino, para que sea ingerido por los animales. “Adicionalmente, entregamos 500 quintales de balanceado, en fundas de 40 kg, para quienes tenían hasta cinco animales”. En la reunión del COE, el alcalde de Bolívar, Ernesto Hidrovo, denunció que el apoyo fue insuficiente. “En nuestro cantón no recibimos ni balanceado ni kits veterinarios en su totalidad”.En su opinión, la solución fue momentánea. Eso, porque se esperaba la ejecución de proyectos de envergadura, que solucionen definitivamente la escasez de agua para la zona rural. “Desde hace años, comunidades como Tumbatú no tienen agua”. En esta localidad, la mayoría de casas está desocupada, porque los vecinos salieron a Ibarra a buscar trabajo. Los terrenos lucen áridos y están improductivos. En cambio, el gobernador Efrén Benavides está satisfecho. Asegura que se aprobaron 16 proyectos que contemplan la construcción de canales de riego, reservorios y revestimientos de acequias. “La inversión, en esta fase, alcanza los USD 2 619 474,84”. Los proyectos que fueron considerados macro, como la construcción de los sistemas de riego El Artesón, Frontera Norte, Chuquín y San Isidro aún no tienen financiamiento. Las autoridades locales gestionarán ante la Presidencia el desembolso de los recursos para iniciar las obras.