Al interior de los planteles educativos de Loja, los maestros organizaron planes para proteger a sus estudiantes. El objetivo es brindar seguridad, en diferentes áreas.
Pero, los educandos, de básica como de secundaria, tienen otros inconvenientes como la aglomeración y la congestión vehicular en la entrada y la salida de los planteles.
Para ello se colocaron barreras de seguridad en el exterior de algunas instituciones. Pero no todos tienen esas seguridades. Este es el caso de la Escuela 18 de Noviembre. Por la calle Juan José Peña circulan buses a altas velocidades.
Según la presidenta de padres de familia, Carmen Guevara, ese es el principal problema. Pero para evitar accidentes, el 60% de los padres de familia llega al establecimiento para dejar o retirar a sus hijos. “Hay días en que la Policía colabora”.
Al mediodía del miércoles pasado, Jeanine Ojeda esperaba a su hija de cuarto de básica en la puerta de la escuela. Las madres lamentaban que las busetas escolares se estacionan a una cuadra del plantel, por falta de espacios.
Para Ojeda, se debería asignar un parqueadero exclusivo para que los niños se embarquen o desciendan en la puerta de la escuela. Esta propuesta es apoyada por María Castro, que fue a retirar a su hija de primero de básica.
El director del Distrito 2 de Educación de Loja, Víctor Samaniego, considera que los establecimientos de la urbe son seguros. “En Loja no existen problemas de secuestros o robos de objetos, en los establecimientos públicos
ni privados”.
En Loja funcionan 202 establecimientos educativos, de nivel primario y secundario.
En cada plantel los profesores se organizaron en brigadas voluntarias para vigilar la entrada y salida de los estudiantes. Esta actividad de seguridad es coordinada con el departamento del Buen Vivir del Distrito 2 de Educación.
En esta oficina los padres de familia también pueden presentar sus denuncias o cualquier irregularidad que se presente en el interior de las instituciones educativas, que puedan atentar contra la seguridad.
En los colegios los problemas son distintos, según Samaniego. “Por estar en la etapa de la adolescencia, los chicos se vuelven susceptibles y enfrentan problemas de adaptación. Además, están propensos a ingerir drogas y alcohol”.
Los departamentos de Orientación de Bienestar Estudiantil son claves para ayudar a los jóvenes, señala Samaniego. Del mismo modo, el trabajo de control y seguridad se coordina con la Policía.
Para el rector del Colegio Técnico Daniel Álvarez Burneo, Mariano Morante, es importante estar pendiente de los niños y en especial de los jóvenes. En este colegio los maestros también cumplen con brigadas de seguridad.
En este establecimiento durante las horas de clase los alumnos no pueden salir sin el permiso de alguna de las autoridades o de sus padres de familia.
Según Morante, las brigadas significan una parte importante que colabora con la prevención de estos riesgos. Una de sus responsabilidades diarias, según comenta, es recorrer el plantel y verificar algún hecho sospechoso.
Los estudiantes lojanos
En los planteles del centro de Loja, el Municipio colocó barreras de seguridad.
58 839 alumnos se educan en las instituciones educativas de Loja. Los establecimientos con mayor población estudiantil son los que tiene organizados los planes de contingencia.
En las escuelas públicas, los padres ayudan a custodiar la salida de los alumnos.