11 barcos pesqueros y 60 lanchas de fibra de vidrio formaban parte de la procesión religiosa. Foto: Patricio Ramos/El Comercio
Los Santos Pedro y Pablo fueron paseados por tres horas en el mar. Este domingo 2 de agosto del 2015, 11 barcos pesqueros que fueron escoltados por 60 lanchas de fibra de vidrio formaban parte de la procesión religiosa que se inició a las 10:30 y terminó a las 13:00, en el enclave marino de Jaramijó ubicado en el noreste de Manta.
En los muelles flotantes de la facilidad pesquera artesanal de Jaramijó, más de 1 500 personas se embarcaron en las naves junto a las imágenes de los Santos Pedro y Pablo. Esta vez los organizadores, el Municipio de Jaramijó junto a la Policía y la Armada Nacional no permitieron la participación de niños y mujeres embarazadas para prevenir desgracias tanto a la hora del embarque, como en el desembarque y durante la navegación. Las naves se trasladan desde Jaramijó hacia el sitio Los Arenales, de la parroquia Crucita de Portoviejo.
Freddy Pavón, representante de la Armada en Jaramijó, dijo que 15 marinos resguardan la procesión religiosa en el mar. Ellos van en tres lanchas de la marina. Además, en tierra, otros 33 efectivos se encargan que el embarque y desembarque sea ágil.
Con esta procesión religiosa se inician las fiestas de San Pedro y San Pablo que se extenderán por nueve días en todo el cantón, dijo el alcalde de Jaramijó, Bawer Bailón.
Estas fiestas se realizan en Jaramijó desde hace 87 años. “Aquí nos juntamos todos los habitantes en los servicios religiosos, los bailes, las caminatas y hasta lo banquetes comentó Bailón. Tanto los barcos como las lanchas fueros adornados con globos, serpentinas y cintas multicolores”.
El pescador Fernando Vera es tripulante del barco ‘Juan Daniel’. “Aquí la devoción por nuestros santos Pedro y Pablo es un compromiso serio el cuál lo tenemos desde niños. Por eso ponemos a disposición los barcos para que la gente suba, de un paseo y se divierta junto a priostes y sus familiares”, aseguró Vera.
Después de la procesión religiosa en el mar, los priostes y sus comitivas regresan a tierra, se ponen sus trajes y siguen con la fiesta que incluye caminatas por las calles del poblado. Por la noche habrá un baile popular en la parte alta de la aldea.