La mañana del domingo pasado es soleada y el flujo de personas aparentaba un día ordinario de temporada en el cantón Salinas, provincia de Santa Elena. Desde el terremoto y posterior tsunami ocurrido en Chile, el 27 de febrero, hay el temor de que una situación similar se presente.
Francisco Fierro, administrador del hotel Francisco I, ubicado en el malecón de Salinas, señala que los clientes habituales no visitan las playas con la misma frecuencia. “Eso, por la difícil situación económica y por el temor generado por los desastres naturales registrados en Haití y en Chile”.
Ese miedo se reflejó en turistas como Priscila Maruri. Ella estuvo con un grupo de 20 personas, entre familiares y amigos. “Definitivamente, el recelo existe, principalmente, en las personas de la tercera edad, que tienen miedo de ingresar al mar. Yo también lo tuve, aunque sí me bañé. No vine con el mismo gusto de antes”.
Maruri viaja frecuentemente a este balneario. Por ello, se sorprendió cuando vio que la playa no estaba copada de bañistas y de vendedores de alimentos y artículos varios, como ocurría en temporada de vacaciones pasadas.
Alfredo Robalino, dueño de El Marinero Hotel, dice que es necesario capacitar al turista para estar prevenido ante un desastre como un tsunami. Considera que no se debe alarmar a la población. En su opinión, eso perjudica al sector hotelero y al comercio.
A la vez pidió que las autoridades realicen acciones para que, en caso de ocurrir un evento natural, se puedan atenuar los efectos.
El Marinero Hotel está asegurado ante siniestros generados por incendios, terremotos y tsunamis. “La mayoría de hoteles que ha invertido para ampliar su capacidad de alojamiento, aseguró sus propiedades como requisito para acceder a los préstamos bancarios”, dice el empresario.
En Salinas, hay entre 50 y 60 hoteles registrados, lo que equivale a unas 5 500 plazas. Para Paúl Borbor, alcalde del cantón, las visitas a la península se redujeron porque está cerca el inicio de clases en la Costa. Descartó que sea por temor de los turistas.
Sin embargo, la Municipalidad ejecuta un plan de sensibilización, a través de una campaña informativa, para explicar qué es un tsunami y temas relacionados con prevención. También se están reformando las ordenanzas para que en las próximas licitaciones, los constructores cumplan con normativas sismorresistentes.
La semana pasada se reunieron con miembros del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) del cantón, para revisar los planes de evacuación y definir cuándo hacer un simulacro.
Según Jaime Lasso, teniente de la capitanía del Puerto de Salinas, el terremoto en Chile generó ondas expansivas en el mar, a lo largo de la costa del Pacífico. “En el caso de Ecuador, se formaron olas que fueron 20 centímetros más altas que las normales. En Perú fueron de más de 40 cm”.
Lasso comenta que en el caso de alerta de tsunami es posible atenuar el impacto. Por eso, comenta, hay que hacer un monitoreo constante de las ondas expansivas y, en caso de ser necesario, proceder a la evacuación de personas a áreas más altas.
La Dirección Nacional de Gestión de Riesgos es la institución que da la voz de alerta y dispone la evacuación de personas. Actualmente, las autoridades planifican un simulacro.