Tres cercos de seguridad, que se instalarán a 50, 200 y 300 metros a la redonda del edificio Centro Médico del Pacífico, que será demolido con explosivos el domingo 7 de agosto del 2016, son parte del plan de contingencia con el que se buscará precautelar la seguridad de los ciudadanos en Portoviejo durante la implosión.
La mañana de este viernes 5 de agosto, el gobernador de Manabí, Xavier Santos, explicó que el primero -a 50 metros- estará a cargo del Puesto de Mando Operativo conformado, entre otras instituciones, por la Fuerza Armada, Policía Nacional y el Cuerpo de Bomberos.
Su misión es atender emergencias que se puedan suscitar en las edificaciones aledañas al edificio que resultó gravemente afectado durante el terremoto del pasado 16 de abril.
El segunda cerco de seguridad, explicó Santos, estará a cargo de unos 100 militares, quienes controlarán el acceso de personas ajenas a la operatividad del plan de contingencia.
Mientras, el tercero será manejada por la Policía Nacional y va encaminada a controlar el tránsito vehícular.
Santos explicó que se hizo un censo en todos los inmuebles aledaños en un radio de 50 metros a la redonda del edificio también conocido como Mutualista Pichincha para constatar el estado de cada inmueble previo a la implosión.
“También pedí que se inspeccionara la iglesia cercana al sitio y el Colegio Portoviejo. Después de la implosión se realizará una valoración de los inmuebles para constatar si hubo o no daños”.
Para la jornada, añadió el gobernador, se ha pedido a los comerciantes que trabajen a lo largo de la calle Alajuela, a pocos metros de donde se desarrollará la demolición, cierren sus negocios a las 13:00, dos horas antes del proceso.
La edificación, que ocupa unos 288 m2 de suelo, será derribada mediante la técnica de voladura controlada, como se hizo el viernes (29 de julio) anterior con el Centro Comercial Municipal, pero esta vez se añadirá la metodología de fulminación direccionada. Se usarán 29 kilos de explosivos.
Jorge Muntasell, funcionario de Tragsa, empresa española a cargo de las implosiones, explicó que el método consiste en bajar verticalmente el edificio, que en su parte alta registra una desviación como consecuencia del terremoto.
Para ello, anotó, se van a minar los dos primeros niveles de la edificación y parcialmente el tercero hacia el lado que da a la avenida 9 de Octubre, sitio al que se prevé direccionar los escombros.
“En el caso del Pichincha no es posible una basculación como en el Centro Comercial porque no hay tanto espacio, por lo tanto lo que haremos es bajarlo en su verticalidad, es un poco más laborioso pero no habrá ningún problema porque ya lo hemos aplicado en más de 300 edificios”.