La celebración de fin de año de 2018 y el uso de pirotecnia dejó menos heridos en Guayaquil. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
Menos pacientes y heridas menos severas. Ese es el balance de las atenciones médicas por manipulación de pirotecnia en Guayaquil, registradas entre fines de diciembre e inicios de enero del 2019.
El hospital Roberto Gilbert, de la Junta de Beneficencia, atendió durante diciembre a siete niños con quemaduras por petarnos. Ana Soria, jefa de la Unidad de Quemados, explicó que cinco fueron atendidos ambulatoriamente.
Los otros dos pequeños permanecen internados. Uno de ellos, de 15 años, sufrió quemaduras en su mano y pierna por manipular pólvora. Otro menor de 3 años de edad pisó chispeadores.
El martes 1 de enero este pediátrico recibió a cuatro pacientes. Dos de ellos fueron ambulatorios y otros dos fueron ingresados por lesiones menores. La especialista aseguró que las campañas dieron buenos resultados, ya que no hubo pacientes graves.
El Cuerpo de Bomberos de Guayaquil difundió la campaña Basta un boom para cambiar tu vida, no uses explosivos en estas fiestas. En afiches y videos participaron tres jóvenes que sufrieron amputaciones de sus manos por usar camaretas.
La entidad recordó que 36 menores fueron atendidos el año pasado en dos pediátricos guayaquileños, debido a lesiones por pirotecnia. En su mayoría fueron niños mayores de 10 años de edad.
La manipulación de pirotecnia puede causar quemaduras severas, lesiones auditivas y oculares, amputaciones de dedos y manos. La recuperación puede tardar un día por cada 1% de superficie corporal afectada. Incluye curaciones y dolorosas limpiezas, injertos de piel y una larga terapia para recuperar la movilidad, en el caso de afectaciones de las extremidades.
Así lo explica Fernando Quintana, jefe de la Unidad de Quemados del hospital Luis Vernaza. Esta casa de salud registró seis heridos; uno de ellos perdió una mano a causa de una fuerte detonación.
La Fundación Médica contra el Ruido y Ambiente Contaminantes hizo un diagnóstico nacional y determinó que hubo 752 emergencias en enero de 2018 por la quema de monigotes y el uso de explosivos. Solo en Guayaquil se reportaron 272 urgencias en ese año.
Para Francisco Plaza, coordinador de la fundación, la pirotecnia no es solo afecta a la salud. “También destruye y contamina gravemente el medio ambiente y la naturaleza con gases, humo, metales pesados y otros elementos nocivos que forman parte de los materiales de combustión, y que en su mayoría son cancerígenos”.