Las personas con capacidades especiales poco a poco logran espacios laborales en Loja. Esta conquista se debe a los constantes reclamos de las 31 organizaciones legalmente constituidas en la provincia.
En la actualidad, 640 personas de este segmento poblacional laboran en instituciones públicas y privadas de Loja. El 60% consiguió trabajo por su esfuerzo.
El lojano José Vicente Arévalo, de 43 años, tiene discapacidad semicuadrapléjica (no tiene control de sus manos ni piernas). Él se moviliza en una silla de ruedas eléctrica. Cuando tuvo 20 años sufrió un golpe en la columna en una piscina.
Ahora trabaja en la Empresa Eléctrica Regional del Sur en el ‘call center’. Él utiliza sus muñecas y dos dedos para contestar y transferir las llamadas. Para Arévalo, la lucha es permanente para acceder a una fuente de trabajo.
“Hay apoyo, en especial de la Vicepresidencia, pero falta gestión”. Antes del accidente se dedicaba a la música y se dio a conocer en la capital lojana. Eso le ayudó a conseguir empleo.
Para Lorena Reinoso, coordinadora del Consejo Nacional de Discapacidades (Conadis) en Loja, es difícil insertar a estas personas al campo laboral. “Hay más trabas en las entidades públicas”.
Mercedes Carrera tiene discapacidad visual y es profesional en Comunicación Social. Para esta lojana, es difícil acceder a un empleo. Según ella, no se cumple con la Ley. “Se exige a la empresa privada, mientras que en el sector público no hay oportunidades”.
Entre enero y junio pasados, el Conadis en Loja recibió 50 solicitudes de trabajo. En el 2011 fueron 70 carpetas. Se presentan dos formularios, uno se queda en el Conadis y el otro va al Ministerio de Relaciones Laborales.
Reinoso dice que la entidad es un canalizador para que las personas con capacidades diferentes alcancen un empleo. “Mientras que el Ministerio de Relaciones Laborales se encarga del control”.
Las solicitudes de trabajo fueron presentadas por contadores, administradores de empresas, abogados, arquitectos… Reinoso busca una vacante personalmente, a través de oficios que presenta en entidades públicas y privadas.
Cada mes consigue entre tres o cinco puestos de trabajo, “porque en Loja existen pocas plazas de empleo”. Sin embargo, en emprendimientos, dice, se ha logrado ubicar a 1 503 personas.
La mayoría vende confitería. El carné que entrega el Conadis es su respaldo para emprender en estas actividades para obtener permisos sin complicaciones.
Otras personas se capacitan en el Centro de Protección para Discapacidades-Loja (Ceprodis). Actualmente, prepara a 20 jóvenes. Aprenden valores y destrezas físicas e intelectuales como matemáticas, lenguaje, entorno natural, entre otras materias. Este instituto pertenece al Ministerio de Inclusión Económica y Social.
Miraluz Briceño es su directora. Ella coincide en que hay más resistencia en las instituciones públicas. Este año ha logrado insertar en el ámbito laboral a 15 personas mayores de 18 años. El objetivo anual es para 18 personas. “Todos están en empresas privadas. Son despachadores, distribuidores, archivadores… o se dedican a la limpieza”.
En primer lugar, Briceño visita a la empresa o institución. Conoce las necesidades laborales y se busca, entre los alumnos del centro, quién se ajusta al perfil requerido. El Ceprodis se encarga de verificar que esa persona reciba todos los beneficios de Ley.
Los funcionarios del Ministerio de Relaciones Laborales en Loja no pueden emitir ningún tipo de declaraciones ni entregar cifras de personas laborando.
La evaluación médica
Una persona con problemas severos también tiene oportunidad de trabajo. Un familiar, hasta un cuarto grado de consanguinidad puede acceder al puesto.
La carnetización es cada fin de semana en los cantones.Deben presentar la evaluación médica para saber la discapacidad.