Encerrado con candado en un kiosco de metal, en el centro de Guayaquil, estaba un perrito que fue rescatado por activistas en el centro de la urbe. El animalito, de cuatro meses de nacido, estuvo más de seis horas metido en el sitio, en medio del intenso calor vespertino.
La intervención estuvo a cargo de la Plataforma Libertad Animal (PLAN), que congrega a fundaciones y organizaciones protectores de los derechos de la fauna urbana y silvestre. Las animalistas acudieron al llamado de la ciudadanía, que escuchó al can llorar.
“A las 14:00 nos empezaron a llamar, que si podíamos auxiliar a un perro que estaba en Pedro Carbo y 9 de Octubre. Entonces fuimos al lugar”, comentó Cineli Rosales, del Refugio Fauna Urbana Callejera (RFUC) e integrante de PLAN. También acudieron las fundaciones Rescate Animal Ecuador y Yo Amo Animales, todas pertenecientes a la Plataforma.
Las activistas buscaban cómo sacar al perrito. Por fortuna apareció un guardia del sector y este accedió a abrir la puerta del kiosco, que es propiedad del Municipio de Guayaquil. “Cuando vimos adentro, había varios medidores de luz. En medio de todo eso estaba el perrito”.
Según la activista, una vez sacaron el animalito arribó personal de Justicia y Vigilancia, para verificar la novedad. Las rescatistas firmaron un documento en el que se comprometían a hacerse cargo del perrito y lo llevaron al veterinario. De esta forma, Pedro Carbo, como fue bautizado el animalito, quedó a salvo.
En sus redes sociales, Rescate Animal señaló que “estos casos no pueden esperar a que las autoridades decidan atenderlos. Son emergencias… de nada sirve que asistan 12 funcionarios, si lo hacen tarde”.
La pregunta que se hacen las activistas es quién dejó encerrado al perrito en el kiosco y quién controla el uso que se le da a estos habitáculos municipales.