En la zona comercial y turística de la parroquia Puyo se observa el uso constante de la mascarilla en la población. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
Las autoridades y líderes indígenas de los cuatros cantones de Pastaza coinciden en que una parte de la población ya se recuperó de la primera ola de contagio del virus.
La mayoría de casos se presentó en junio, julio y agosto. Para evitar un rebrote, se iniciaron campañas sobre el constante uso de mascarilla y alcohol y respeto al distanciamiento. Además, se capacitó a siete dirigentes de los pueblos Kichwa, Achuar, Shuar, Zapara, Shiwiar, Waorani y Andoa para detectar el covid-19. Ellos se convertirán en una especie de rastreadores del virus.
Pastaza es la tercera provincia de la Amazonía ecuatoriana con mayor cantidad de casos de enfermos, después de Morona Santiago y Sucumbíos, según el reporte del Ministerio de Salud.
Como parte de la campaña, en los alrededores de los mercados, en el ingreso a instituciones públicas y en las paradas de los buses urbanos y parroquiales de la cabecera provincial se entregarán, desde noviembre, 1 000 cubrebocas reutilizables. El Cabildo también instaló 10 lavamanos en el casco comercial.
Oswaldo Zúñiga, alcalde del cantón Pastaza, cree que ha habido una disminución de contagiados en esta jurisdicción debido a que hay una práctica constante del uso de la mascarilla y frecuente lavado de las manos. Sin embargo, la población no cumple el distanciamiento. Este problema se observa en las 13 parroquias del cantón Pastaza.
Las zonas comercial, turística y financiera están en la parroquia Puyo, donde prevalece el coronavirus.
Alejandro Cuvi atiende un almacén de electrodomésticos, a una cuadra del mercado Central. Esta área es una de las más concurridas de Puyo. El joven, de 22 años, contó que dos familiares se contagiaron y se recuperaron en sus casas.
“Puyo fue una de las más golpeadas con el virus. La gente aprendió a utilizar mascarilla y eso nos está ayudando en la reactivación”, dice Cuvi.
Las autoridades del Ministerio de Salud informan que solo una cama se encuentra ocupada, de las 35 instaladas en el Centro de Aislamiento Temporal Morete Pu.
Mientras que 65 de las 96 camas para hospitalización y cuatro de las siete de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en el Hospital Básico de Puyo están ocupadas. En el Hospital Básico del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, los pacientes en estado grave están en seis de las nueve camas de la UCI.
“La falta de camas (en junio y julio) obligó a enviar a pacientes a Ambato. Creemos que la gente está cuidándose”, comenta Paolo Espín, director del Hospital del IESS.
Para controlar el covid-19, los siete promotores indígenas alertarán sobre los casos sospechosos a las 46 brigadas del Ministerio de Salud, que recorren las comunidades dispersas en la selva. Este trabajo comenzará el lunes.
Las brigadas funcionan desde marzo y reciben el apoyo de los dirigentes de la Confederación de Nacionalidades Indígenas Amazónicas.
Según Narcisa Lozada, directora de Salud, los promotores o rastreadores facilitan la comunicación con las brigadas. Los galenos montan cercos epidemiológicos hasta tener datos de las pruebas rápidas. Para reconfirmar si el virus está en la persona se aplican las PCR. Los resultados se conocen en cuatro días.
“Los rastreadores capacitarán a otros jóvenes. Así abarcamos otras zonas y detectamos el virus con prontitud”.
En esta provincia, solo el cantón Arajuno está en semáforo verde desde septiembre. Su alcalde, César Grefa, dice que la gente combate al virus con las medicinas ancestral y occidental.