Las alumnas del colegio Sudamericano lucieron los atuendos de la Chola Cuencana. Foto: Manuel Quizhpe/EL COMERCIO
Por sexto año seguido se desarrolló en Cuenca, este sábado 17 de enero de 2015, el Pase del Niño Migrante. Por dos horas se paralizó el tránsito vehicular en las principales calles de la urbe. Unas 10 cuadras se llenaron de jóvenes y adultos, en su mayoría, revestidos de cholas, cayambes, otavalos, cañarejos…
Según Rosa María Pulla Célleri, organizadora del Pase, se lo bautizó como Niño Migrante porque desde 1988 la imagen ha visitado Colombia, Perú y particularmente Estados Unidos. Hace dos años fue la última vez que estuvo en Nueva York, donde “hay una cantidad innumerable de emigrantes devotos”.
En los últimos años también está en constantes visitantes a los hogares de los diferentes cantones azuayos y de los barrios de Cuenca. “La devoción es grande al Divino Niño Jesús, cuya agenda es bastante apretada”, cuenta Pulla, quien es propietaria de la radio cuencana radio La Voz del Río Tarqui.
Precisamente, el Pase se inició en las instalaciones de la emisora y tras recorrer más de 15 cuadras, los devotos llegaron a la Catedral de La Inmaculada. Allí se celebró una misa con lun templo repleto de feligreses, quienes se mostraron agotados por la caminata que la realizaron bajo un sol asfixiante.
Durante el recorrido, la banda de música Integración hizo bailar a los alumnos de los colegios Herlinda Toral y Sudamericano, de la escuela Tres de Noviembre, así como habitantes de los diferentes cantones del Azuay. También desfilaron cholitas de San Joaquín, de la tercera edad, vestidas su ropa original.
El Pase del Niño Migrante en Cuenca
Las estudiantes del colegio Sudamerciano, con los atuendos de la Chola Cuencana. Foto: Manuel Quizhpe/EL COMERCIO
Rosa María Pulla, organizadora, llega a la Catedral de la Inmaculada con el Niño Migrante en sus brazos. Foto: Manuel Quizhpe/EL COMERCIO
Los niños mayorales, en una carro alegórico. Foto: Manuel Quizhpe/EL COMERCIO
Las alumnas del colegio Sudamericano lucieron los atuendos de la Chola Cuencana. Foto: Manuel Quizhpe/EL COMERCIO
Las cholas cuencanas de la tercera edad, de la parrroquia San Joaquín, participaron en el Pase con su destimenta original. Foto: Manuel Quizhpe/EL COMERCIO
La familia Vanegas participó con la vestimenta de los Caballeros de Cotopaxi. Foto: Manuel Quizhpe/EL COMERCIO
Las aceras y los balcones, especialmente a lo largo de la calle Bolívar, se llenaron de personas que se ubicaron para presenciar los bailes, sobre todo al ritmo de la ‘Chola Cuencana’. Los turistas extranjeros filmaban y fotografiaban, incluso hasta simularon los bailes de los participantes.
La agenda del Niño Migrante es ajustada que, este sábado 7 de enero, viaja a la localidad de El Cabo, en el cantón azuayo de Paute. Allí será venerado por cinco días, con procesiones acompañados de faroles y lo despedirán con una misa.
Pulla heredó al Divino Niño de su madre, en 1988. Ella evitó hacer un cálculo de cuántas personas participaron en el Pase, pero asegura que se inició hace seis años con 1 500 devotos. “Cada año se han ido sumando al Pase de mi ‘Suquito’ y ahora son miles de feligreses que dan testimonio de los favores recibidos”.
Este Pase del Niño fue diferente al de otros que se desarrollan en la capital azuaya. Hubo la presencia de pocos niños, quienes recorrieron en carros alegóricos.