Tras seis días de paralización, los transportistas de servicio urbano de Ibarra salieron a laborar desde ayer.
Pero el 65% de los 230 buses de las cooperativas 28 de Septiembre y San Miguel de Ibarra -que se autodenominan especiales- cobra 25 centavos de pasaje y no la tarifa anterior de 18 centavos.
Esto causó la reacción de estudiantes que protestaron en las calles. Según Lorena Quimbiulco, dirigente universitaria, no permitirán el alza.
Ayer también, el Concejo Municipal aprobó la ordenanza de categorización de los autobuses. Esta nueva legislación, que aprobará la calificación de los autobuses como especiales y populares, permitió que los choferes pusieran fin a la medida de hecho.
El objetivo es que en 30 días los buses sean categorizados. Los especiales deberán tener hasta un máximo de 15 años de fabricación y los populares 20 años.
La empresa Imbauto se encargará de la revisión mecánica. El control del sistema de alineación, llantas y opacidad correrá a cargo de otras empresas aún por definirse.
El paro de los transportistas evidenció la debilidad del Municipio para manejar la competencia de tránsito y transporte, otorgada por el Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización (Cootad).
Según Pablo Jurado, ex alcalde de Ibarra, inicialmente el pedido de los municipios era planificar, ordenar y organizar el tránsito y transporte en los cantones más no controlar. Jurado considera que la mayoría de los cabildos no están preparados para manejar el tema. “En el caso de Ibarra, que asumió esta competencia hace siete años, no existe la infraestructura ni el personal capacitado”.
Estas falencias en Ibarra son una muestra de lo que ocurre en el resto de cantones. “El gran problema es que se traspasaron las competencias, pero no los recursos”, opinó Édison Yánez, consultor e ingeniero de transporte.
Según el alcalde de Ibarra, Jorge Martínez, en un par de años estarán listos para manejar el tránsito y transporte. Se analiza la posibilidad de formar una mancomunidad con Otavalo.