Los vecinos de la Catedral de Ibarra están molestos con los administradores del templo. Les acusan de haber edificado un cementerio en medio de la ciudad, violando todas las disposiciones sanitarias y de planificación.
Según Luis Proaño, quien encabeza las protestas de los propietarios de las casas que colindan con la parte nororiental de la Catedral, hace más de un año se inició la construcción de los nichos funerarios.Solamente una pared de 6 metros separa la vivienda de Proaño del nuevo panteón, que tiene dos pisos cubiertos con un techo de teja . Es por eso que este profesor universitario presentó una denuncia en la Dirección de Salud de Imbabura y del Municipio de Ibarra. Asegura que se edificaron 150 bóvedas sin autorización de las comisarías de Salud y Construcciones.
Hoy, precisamente, funcionarios de estas dos dependencias realizan una inspección al templo, ubicado en el barrio San Agustín, en el centro de Ibarra.
Pero el problema no es reciente. El 3 de septiembre del año anterior el padre Orlando Bustamante, rector de la Catedral, y Estuardo Revelo, ecónomo de la Diócesis de Ibarra, suscribieron un acta de compromiso bajo la mediación del entonces comisario de Salud de Imbabura, Patricio Nájera.
Así se apaciguaron los reclamos de los vecinos que advertían sobre la ampliación de la vieja cripta de la iglesia, que posee cerca de 850 nichos y bóvedas de cadáveres de religiosos y ciudadanos, que fueron enterrados desde hace dos siglos.
En el acta, redactada hace un año, el padre Bustamante “se comprometió a no construir ni bóvedas ni nichos, para no afectar a los vecinos, sino más bien en enlucir la pared en el lado del colindante, construir jardineras y concluir con el techo…”.
La Comisaría de Salud, además, solicitó al Rector de la Catedral los planos de la ampliación que se estaba realizando. Sin embargo, no se cumplió el acuerdo. Y, para sorpresa de todos, se construyeron 70 nichos y 44 bóvedas, según el informe de la Comisaría de Construcciones del Municipio de Ibarra, que realizó una inspección el lunes último.
Ayer, este Diario intentó dialogar con el padre Orlando Bustamante. Pero no se encontraba en la Catedral, hasta el cierre de esta edición. Él les habría informado a los vecinos que el incumplimiento del acta se debió porque se ausentó por un año de la ciudad, según aseguró Proaño.
¿Si la iglesia no cumple su palabra en qué mundo estamos?, dice Luis Proaño, quien envió comunicaciones a las autoridades y al Obispo de Ibarra, que aún no le ha respondido.
El comisario de Salud, Santiago Palacios, también está preocupado. Porque está prohibida la construcción de cementerios para la inhumación de cadáveres dentro de la ciudad.
El artículo 8 del Registro Oficial 597 que rige la operación de los campos santos, dice que “todo cementerio debe estar ubicado fuera del perímetro urbano determinado por los municipios…”. Mientras que en el artículo 9 señala que para construir un cementerio se requiere la aprobación de los proyectos, planos y más especificaciones emitidas por el Ministerio de Salud. Ninguna de estas disposiciones se han cumplido por lo que el nuevo cementerio pudiera ser clausurado antes de su inauguración.