La devoción por San Pedro y San Pablo motiva a los moradores del barrio El Panecillo, en Esmeraldas, a organizar una fiesta de tres días, cada año.
Desde ayer se vive el ambiente previo a la celebración. En este sector, donde el 99% de los 1500 habitantes son pescadores, se pidió que todos arreglaran sus casas. También que las pinten y que se mejoren las áreas verdes.
Es una tradición que los mantiene unidos hace 40 años. Manuel Mero, de 80 años, recuerda que antes tenía que viajar a su natal Jaramijó, en Manabí, para participar en estas fiestas.
“Pero después nos reunimos un grupo de amigos, entonces éramos como nueve familias, y decidimos hacerla acá para mantener nuestras costumbres. Al principio, a los esmeraldeños les parecía raro porque salíamos a las calles con disfraces”.
Paralelamente fueron construyendo la iglesia en honor a San Pedro y San Pablo, patrones de los pescadores.
“Mantenemos nuestra fe como pescadores. Creemos que los santos nos ayudan a tener una mejor pesca, por eso les alabamos y agradecemos por los favores”.
Y una manera de hacerlo es con las novenas, los cánticos y la procesión que son parte del programa de fiestas, que oficialmente empieza el viernes 2 de julio y culmina el domingo 4.
Por las noches habrá, además, presentaciones artísticas, bautizos, elección de reinas, baile popular y quema de castillos.
Este año se intenta involucrar más a los jóvenes para que en los próximos años organicen el festejo, explicó Gines Parrales, uno de los presidentes de la Comitiva.
Estas fiestas se realizan los últimos días de junio y convocan a vecinos de otros barrios. Los espectáculos son gratuitos. Los organizadores dicen que así hacen amistad con los esmeraldeños. Es un festejo colorido y de mucha fe.