Las Palmas, en Esmeraldas, se volvió un atractivo turístico

Desde la construcción del malecón, en el 2016, se registra la llegada permanente de turistas y se han instalado locales de comida, farmacias y otros servicios.

Un promedio de 1 500 turistas de la Sierra visita cada semana, desde junio, la playa de Las Palmas de Esmeraldas, de acuerdo con la Cámara Provincial de Turismo.
Desde ese mes se tiene el arribo diario de cinco buses y en cada uno llegan hasta 40 personas (a inicios de mes fueron estudiantes), quienes se quedan hasta tres horas en el malecón, construido en el 2016. Almuerzan y adquieren artesanías en 10 locales.
Antes de la construcción del malecón, la presencia de turistas de la Sierra era muy escasa, pero ahora llegan con más frecuencia y también hay colombianos. Las visitas han crecido durante los feriados, especialmente en el 2017 y 2018.
Sin embargo, se hospedan en Atacames; por esa razón, los empresarios turísticos de la ciudad han hecho nuevas inversiones, que superan los USD 10 millones.
Esa inversión se realiza con créditos de la banca privada y estatal, para la construcción de tres nuevos hoteles y la remodelación de otros, ubicados en la avenida Del Pacífico.
El presidente de la Cámara provincial de Turismo de Esmeraldas, Víctor Orellana, explica que si bien existe un aumento en la visita de turistas, hay preocupación porque no se alojan en Las Palmas, pese a que se cuenta con un aforo para 800 personas en los hoteles del malecón.
Una de las razones es la falta de atractivos para que se queden más tiempo. Con ese propósito, el pleno del Concejo cantonal discutió la semana pasada la propuesta para una inversión de USD 28 millones de capital privado, con el fin de ejecutar la construcción de la segunda fase del malecón.
La propuesta presentada por la empresa Majagual Turismo contempla la construcción de una piscina para 600 personas, una sala de cine, supermercado, restaurante, pista de patinaje, jumping y un gimnasio.
En este momento ya se han concretado algunas inversiones. El empresario hotelero Jorge Benítez explica que su familia invirtió USD 700 000 en la edificación de un hotel con capacidad para 40 personas, en Las Palmas, pensando en Esmeraldas como destino turístico; y remodeló otro con una inversión de USD 150 000.
El empresario Arnaldo Mina remodeló una casa, a la que convirtió en un hotel para alojar a 40 personas. Además, construyó locales para comidas rápidas, una sala de recepciones y una piscina frente a la playa para los huéspedes.
En el malecón se han instalado cadenas de farmacias, pizzería, heladerías, un local de una marca internacional de ropa y sitios de comidas rápidas, que -en su mayoría- funcionan después de las 16:00.
Durante un censo realizado en el primer semestre de este año, por los estudiantes de la carrera de Pequeñas y Medianas Empresas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, en Esmeraldas se contabilizaron 70 establecimientos, de los cuales el 70% son familiares. El 84% se dedica a la venta de alimentos y bebidas, y el resto a alojamiento.
La catedrática de esa universidad, Roxana Benítez, explica que el 51% de los establecimientos tiene menos de cinco años, tiempo que coincide con la puesta en marcha del malecón. “Este sitio de la ciudad ha permitido que se promueva la inversión con el mejoramiento de locales y el aparecimiento de otros”, señala Benítez.
En Las Palmas también funcionan dos operadoras turísticas, como Vida Pura, que enseña surf y kayak, mientras que Marina-Ecovida alquila bicicletas, recorridos por el estuario del río Esmeraldas y una chiva acuática.
Rubén Aveiga, operador turístico de Vida Pura, explica que existe demanda de los turistas extranjeros y de la Sierra, quienes gustan de hacer surf, sobre todo en verano cuando existen olas más grandes en la playa de Las Palmas.
La presidenta de la Comisión de Turismo del Municipio de Esmeraldas, Belinda Lara, señala que existe un programa de limpieza de la playa para que sea más atractiva al turista.
Ese trabajo también realizan el Ministerio del Ambiente, la Armada y la fundación Mingas por el Mar, quienes han hecho, hasta el momento, tres mingas para retirar la madera arrastrada por la corriente.