Los finqueros de los recintos que están en las riberas del río Grande se oponen a la construcción de una represa del proyecto Multipropósito Chone, en Manabí.Ellos formaron el Comité de Defensa de Río Grande, en Chone. La obra fue adjudicada a la empresa china Tiesiju, cuando se firmó el contrato el pasado 24 de julio, en el cantón manabita.
Este proyecto costará USD 56,99 millones y se construirá durante tres años.
Para ir a los recintos se ingresa por un camino lastrado, que parte desde la vía Flavio Alfaro-Chone, siete kilómetros al norte.
Luego de recorrer siete kilómetros más se accede al recinto El Jobo, que se levanta en medio de dos montañas en las riberas del río Grande. En este sitio, los dirigentes del Comité instalaron una rústica garita para controlar a la gente que ingresa a las comunidades ribereñas, aguas arriba.
En El Jobo opera un campamento de vigilancia de los campesinos. Ahí flamea la bandera de Ecuador y un grupo de banderolas de tres colores: el rojo que, según los finqueros, simboliza su lucha en defensa de sus tierras; blanco, por la paz en la región; y negro, por el hambre que llegará si el proyecto se construye.
El dirigente Alfredo Zambrano, de 71 años, es uno de los más aguerridos defensores de las tierras en esa zona.
El alcalde de Chone, Ítalo Colamarco, dice que con el proyecto se disminuirá en un 90% las inundaciones que soporta esta ciudad.
Además, dotará de agua potable para el funcionamiento de una nueva planta de tratamiento para beneficiar a 100 000 habitantes hasta el 2025. “Hoy la planta de agua produce la mitad de lo que necesita la población”.
También dice que otro beneficio es el regadío para 2 200 hectáreas de cultivos. “Entre inundaciones y sequías, Chone pierde USD 12 millones por año”.
Pero el dirigente campesino Zambrano sostiene que ya se construyeron otras represas en la región y nunca solucionaron los problemas de inundaciones, sequías y agua potable de las ciudades y poblados aledaños.
Los campesinos afectados dicen que la represa Río Grande se construirá justamente en el sector de El Jobo. En un gráfico, elaborado por el Comité, se muestra que este sector, El Achiote, El Aguacate y Cañitas quedarán bajo el agua con la represa.
Zambrano apela a la Constitución para oponerse a la obra, pues señala que las tierras ancestrales son inalienables, intransferibles e indivisibles. “No permitiremos que nadie llegue con la idea de sacarnos”, dice Zambrano.
Según el campesino, se afectará a la producción. El 70% de cultivos es de mandarina (cada época se producen 800 000 frutos) y pastos; el 30% restante es bosque.
Wágner Solórzano, quien nació en este lugar hace 62 años, dice que su familia vive del cultivo de mandarina, de cacao y del pasto para su ganado. “Yo perderé 22 hectáreas, pero el problema es que no tendré vías para sacar mi producción y mi propiedad quedará aislada”.
Luis Zambrano y su padre Silvio tienen 135 hectáreas. Ellos producen 80 quintales de frutas cítricas por temporada. Con la represa quedarán 75 hectáreas bajo el agua. Algo parecido sucederá con las propiedades de Bolívar Chica, Roger Zambrano y el dirigente Alfredo Zambrano.
Pese a la oposición campesina, los funcionarios de la Secretaría Nacional del Agua (Senagua) en Chone continúan con la sociabilización del proyecto y la negociación inicial para el pago de las indemnizaciones. Ellos se ayudan con una fotografía satelital, donde ubican las propiedades de los finqueros y el área de afectación.
El director de la Senagua en Chone, Barón Hidrovo, reconoce que se garantizará un pago justo por las tierras, que se construirán vías de acceso a los recintos ubicados en el perímetro del embalse y nuevas escuelas para reponer las que quedarán bajo el agua.
Para las personas que pierdan su casa se gestionarán unas nuevas con el Ministerio de Vivienda, con todos los servicios básicos.
Según el registro del Seguro Social Campesino, en la zona viven 1 305 familias (4 702 personas), las cuales serán afectadas por la represa. De ellas, un 40 % ya está catastrado en la Senagua Chone.
Una obra esperada
Domingo Paredes, titular de la Secretaría Nacional del Agua (Senagua), dice que las obras del proyecto Multipropósito Chone comprenden la represa río Grande y el desagüe San Antonio.
Esta segunda obra permitirá llevar el agua hasta el humedal de La Segua, un pantano natural que se inunda en la época invernal. Hasta aquí llegan aves migratorias.
A decir de Paredes, la construcción de esta primera fase del proyecto servirá para el control de las inundaciones en este cantón de Manabí, que cada año queda bajo el agua cuando hay lluvias.
También para proveer de agua para regadío de los cultivos en los tiempos de sequía.
El embalse almacenará 75 millones de metros cúbicos de agua que se recogerán.
Los estudios de esta obra datan de 1986. Hasta ese año, el costo era de USD 130 millones. Para actualizarlos, en el 2008, la Prefectura de Manabí contrató a una consultora, que cobró USD 350 000.
Con la actualización, el costo de todo el proyecto llegó a USD 239 millones. Por este motivo, la Senagua decidió construirlo por etapas.
En abril del 2009, la ex Corporación Reguladora del Manejo Hídrico de Manabí, absorbida por la Senagua, convocó a una nueva licitación para la construcción de esta primera etapa del proyecto, que está por arrancar.