Algunos tanques fueron entregados durante el fin de semana pasado en Sucumbíos y Orellana. Foto: Cortesía OCP
Alrededor de 6 500 familias que resultaron afectadas por el derrame de crudo ocurrido en abril de 2020 y que habitan cerca de los ríos Napo y Coca reciben tanques para el almacenamiento de agua con capacidad de hasta 500 litros cada uno.
Así lo dieron a conocer OCP y Petroecuador este viernes 20 de noviembre del 2020.
Tras el derrame, los habitantes de las provincias de Sucumbíos y Orellana no pudieron abastecerse de los afluentes hasta donde llegaron manchas de petróleo por la rotura de las tuberías del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) y del poliducto Shushufindi-Quito.
Según OCP, la entrega de estos tanques es parte de las actividades de compensación que ha realizado este organismo tras la contaminación de los ríos.
“Los tanques de agua fueron un compromiso de las empresas para apoyar a las familias que tradicionalmente recolectan agua-lluvia pero que, durante la pandemia, no estaban siendo fabricados”, indicó Francisco Montalvo, gerente de Asuntos Corporativos de OCP Ecuador a través de un comunicado.
En septiembre último, representantes de las empresas petroleras involucradas en este hecho y del Ministerio de Energía y Recursos no Renovables indicaron que el derrame afectó a 108 comunidades y que se detectaron 189 puntos de contaminación que fueron intervenidos.
De acuerdo con OCP, la entrega de los tanques “se realizará de acuerdo con la capacidad de fabricación que es de aproximadamente 1 000 unidades por mes”.
A las comunidades afectadas por el derrame se han entregado más de 1,7 millones de litros de agua, según las petroleras. Además, han brindado atención médica a 5 211 personas.
Durante la comparecencia de estos organismos en septiembre ante la Comisión de Especializada Permanente de la Biodiversidad y Recursos Naturales de la Asamblea Nacional también intervinieron representantes de los cantones y comunidades involucradas.
Ellos indicaron que la ayuda a las familias tras la emergencia no fue suficiente, debido a que muchos afectados no pudieron salir a abastecerse de agua y víveres por el confinamiento.