Las lluvias y deslizamientos ocurridos en estas últimas semanas en el Azuay provocaron que en ocho de sus parroquias los sistemas de alcantarillado sufran daños.
La parroquia Llacao, sector La Unión, a 20 minutos de Cuenca, al norte, es una de las afectadas. Allí se observa las tuberías del sistema de alcantarillado al filo de la casas, las que estaban bajo tierra se rompieron y tuvieron que ser cambiadas.
Narcisa Peralta es una de las moradores de esta parroquia azuaya. Ella se muestra preocupada que en forma periódica existe daños del sistema de alcantarillado.
Esta azuaya, de 35 años, no sabe el origen de los daños de las tuberías de alcantarillado. Peralta cree que las lluvias y el terreno flojo provocó que el sistema de alcantarillado presentara averías.
Ella se muestra preocupada. Asegura que los trabajos de reparación que se efectúan son hechos al apuro y continuamente las tuberías se rompen y ocasione problemas a los moradores.
Otra de las parroquias donde también existe daños es Chaullabamba. Allí solo existe pozos sépticos y desde hace un mes iniciaron los trabajos de alcantarillado.
Silvia Andrade, quien compró una casa en septiembre pasado, cuenta que el agua se filtra en el interior de su vivienda. “No se si viene desde la casa de la vecina o desde una quebrada”.
Según el gerente de Agua Potable de la Empresa Municipal Etapa, Carlos Julio Jaramillo, en ocho parroquias del Azuay ( Trigales, Paccha, Llacao, Nulti, Chaullabamba, El Valle, Octavio Cordero y Sidca) se registran problemas en el sistema de alcantarillado.
En noviembre pasado, en Paccha se registraron los primeros daños en las alcantarilla. Atribuye a los deslizamientos, a las fallas geológicas y lluvias que existen en estas zonas.
Jaramillo dice que las cuadrillas de la empresa Etapa realiza los trabajos de reparación inmediata de las alcantarillas, con el fin de evitar que el problema se agrave.
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