Redacción Ibarra
Otavalo, la segunda ciudad de Imbabura en cuanto a desarrollo urbano y potencial económico, requiere de equipos modernos y nuevos proyectos para sustentar su crecimiento.
Algunos atractivos
Otavalo atrae a los turistas porque en su territorio se puede encontrar aún esa milenaria sabiduría ancestral en algunas comunas como Ilumán y la cascada de Peguche, un sitio mágico a cinco minutos de Otavalo. Allí hay yachaks o chamanes y su infraestructura hotelera es una de las mejores del país.
En Peguche también se destacan los talleres de instrumentos andinos y de artesanías, especialmente los llamativos ponchos y sombreros.
Con más de 55 000 habitantes, Otavalo es conocida en el mundo por el mercado artesanal indígena más grande de Latinoamérica: la Plaza de Los Ponchos, según el Min. de Industrias y Productividad (Mipro). Por eso, según el alcalde, Mario Conejo, este año se pondrán en marcha obras de infraestructura de gran envergadura.
Entre estas, dijo Conejo, constará la búsqueda del financiamiento para construir la terminal terrestre de la urbe. Además, el fortalecimiento del parque acuático del lago San Pablo, la puesta en marcha de un plan de manejo integral de la cascada Peguche, renovar la infraestructura del mercado artesanal, reubicar el mercado de animales, entre otros.
En cuanto a la innovación tecnológica y mejoramiento de la productividad, el Mipro propuso un proyecto de chatarrización y capacitación permanente para fortalecer las microempresas.
Esto se lograría, según el Mipro, mediante un crédito de la CFN para que los artesanos mejoren su infraestructura y tecnología. La semana pasada se reunieron funcionarios de este Ministerio con técnicos del Cabildo para exponer los detalles.
Desde ya, el Municipio cuenta con un hidrosuccionador para la limpieza de las alcantarillas. Un equipo de trabajo combinado, que logra una labor similar a la de una aspiradora. Este equipo costó USD 130 000 y limpia a presión en las tuberías de hasta 12 metros de profundidad.
Para Diego Benavides, jefe de Alcantarillado del Municipio local, estos equipos se utilizan en la limpieza de sumideros, redes de alcantarillado y pozos sépticos en la zona rural. “Esto nos ha permitido realizar un mantenimiento preventivo de las redes de alcantarillado de la ciudad. Se hace en menor tiempo y no hay la preocupación por inundaciones por causa de las fuertes lluvias”, señaló Benavides.
Para la descontaminación del lago San Pablo, uno de los atractivos importantes del cantón, se puso en marcha la edificación de 14 plantas de tratamiento de aguas servidas, 15,2 km de colectores finales, cuatro estaciones de bombeo y alcantarillados sanitarios.
La obra empezó a construirse en abril de 2009 y tomará un año a un costo de USD 4 587 988, de los cuales el Cabildo aportará con USD 1 732 235 y el resto, el Ministerio del Ambiente.
Alrededor de este recurso natural viven más de 35 000 personas, de cinco parroquias. La mayoría utiliza el agua para lavar ropa, pastoreo y uso personal.