Una nueva fuerte erupción se espera del Tungurahua

El volcán Tungurahua, ubicado en la Sierra Centro andina de Ecuador, registró el  16 de marzo una actividad, considerada como la fase eruptiva más fuerte desde el 14 de diciembre de 2012. En ese entonces, el material magmático bajo condiciones de alta presión erupcionó con poco aviso.

Estas condiciones fueron informadas hoy a través de un boletín del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional. Los técnicos destacan la rapidez con la cual se desarrolló del actual comportamiento.

Según el informe, los registros sísmicos y de infrasonido muestran un patrón que diverge completamente del patrón establecido en las semanas previas.

Como conclusión “se estima que la actividad eruptiva registrada el día de ayer (sábado 16 de marzo) es producto de una sobrepresión en la parte superior del cono en un reservorio somero, que estuvo bloqueado internamente. Cuando las presiones fueron suficientemente grandes se rompieron estos obstáculos y  el magma logró salir violentamente a la superficie.  No se descarta que un nuevo pulso de actividad con similares patrones pudiera ocurrir en los próximos días”.

La fuerte actividad eruptiva del Tungurahua comenzó a las 17:56 del sábado 16 de marzo. Ocurrió al final de un día que se había caracterizado con bajo comportamiento sísmico.

Esa tarde y noche se presentaron 4 explosiones de tamaño pequeño: a las 00:10, 01:01, 04:42 y 09:55. Las explosiones se intercalaron con largos períodos de tranquilidad, caracterizados por la baja actividad de actividad sísmica en el  interior del cono. Entre las 12:00 y las 17:55 del 16 de marzo se registraron algunas señales de emisiones muy pequeñas.
 
El primer pulso eruptivo con alta energía ocurrió a las 17:56  y produjo la salida de una emisión de color oscuro por su alto contenido de cenizas. En seguida se generó una explosión con un sonido similar a un bramido que produjo una extensa onda acústica.  A partir de las 18:12, hubo una señal de tremor, es decir, una señal sísmica de larga duración y de mayor amplitud (mayor energía), en la cual se puede distinguir cuatro fases diferentes que representan los momentos con la mayor liberación de energía, antes que disminuyera la actividad a partir de las 19:40.

El episodio mayor finalizó a las 20:00 y luego se registró actividad estromboliana (expulsión de bloques incandescentes y fuentes de lava) con un nivel débil a moderado y una explosión a las 20:05. De manera general, en la noche del sábado y madrugada del domingo 17 de marzo no se registraron mayores novedades, salvo la ocurrencia de 3 explosiones consideradas de tamaño pequeño.
 
En resumen, dice el Geofísico, la actividad eruptiva fue principalmente caracterizada por la actividad estromboliana con un carácter violento (expulsión de bloques incandescentes y fuentes de lava). Las rocas incandescentes cayeron sobre los flancos del cono, incluido el flanco occidental.

Además, hubo acumulación de material rocoso (“spatter”) bajo el borde exterior del cráter en la zona noroccidental.  Se considera que una parte de este material acumulado se deslizó y bajó por la quebrada Mandar; y avanzó hasta 1,5 kilómetro bajo la cumbre. Eso generó un flujo piroclástico pequeño y de alcance limitado. Este comportamiento fue observado  desde el Observatorio del Volcán Tungurahua.

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