Samborondón/ Guayas
Varias hipótesis por su nombre
‘Este nombre sonoro que ostentas, por herencia es de fiel tradición, que adoptaste de aquel de quien cuentan, lo apodaban el Sambo Rendón”. Así reza la primera estrofa del Himno a Samborondón, escrito por el párroco Vicente Pacheco.El Sambo Rendón que se menciona es parte de la creencia popular en este cantón guayasense, asociada a su nombre de origen. Esta ciudad cumplió 234 años de fundación el pasado 24 de mayo. Y desde 1776 se conoce a la localidad como Samborondón.
El actual alcalde de la ciudad, José Yúnez, cuenta que uno de los primeros pobladores de esta localidad fue Fermín de Asiaín, natural de Navarra (España) y Alcalde Ordinario de Guayaquil. Llegó junto a su familia y a un criado con descendencia de África, llamado Bartolomé Sambo Rendón. Y por ser la única persona de raza negra decidieron llamar al lugar con sus apellidos.
El monseñor Luis Arias, sacerdote e historiador, canciller de la Curia Arzobispal de Guayaquil, publicó en 1976 su libro ‘Samborondón a través del tiempo’. Cuenta que, a mediados del siglo XVII, Asiaín tenía un joven descendiente de negro e india al que apodaban ‘sambo’ y cuyo apellido era Rendón. La suma de ambos generó el nombre con el que lo conocían al poblado y, a través del cual, se bautizó a la pintoresca comarca que era lo que hoy es el cantón.
Pero el historiador guayaquileño Ezio Garay, en su obra ‘Cronología histórica de Samborondón’, de 1650 a 1871, cuenta que su nombre proviene de dos palabras: zambo, por el origen racial de Bartolomé, esclavo mestizo nativo de Guayaquil, y Rondón, su apellido.
Un acta del Cabildo de Guayaquil, del 20 de mayo de 1650, encontrada en el archivo de Pedro Robles Chambers, indica que “Fermín Asiaín era un gran terrateniente de la comarca aledaña al actual cantón y Bartolomé Samborondón, su sirviente, que debía arreglar y limpiar las habitaciones…”.
Garay relata que el nombre de este cantón derivó en Samborondón y no en Zamborondón tomando en cuenta que zambo (según la Real Academia Española se conoce así al hijo de negro e india), se escribe con la Z y no con la letra S.
Pero existe otra versión, esta más bien de origen católico. Eduardo Estrada Guzmán, miembro de la Academia Nacional de Historia, expresaba que la historia del esclavo Sambo Rendón era apenas un cuento.
Para este historiador, la base del nombre de la ciudad es la de Saint Brendan que según su traducción muy antigua al español es la de San Borondón.
De acuerdo con sus investigaciones, Saint Brendan era un monje evangelizador, patrono de los marinos, de origen inglés y que también era conocido como San Brandán, San Brandano, San Barandán o San Borondón.
Samborondón alcanzó su independencia el 10 de octubre de 1820. El pueblo estaba anexado a Guayaquil y en 1777 se establece como parroquia hasta que logró la cantonización el 31 de octubre de 1955.
En 1964, el pueblo contaba con una capilla religiosa. Una campana de bronce con el nombre de Samborondón reposa en el Museo de Guayaquil.
El samborondeño es trabajador del campo por excelencia. Su actividad agrícola principal es el arroz. En el cantón existen grandes plantaciones así como piladoras de esta gramínea.
Además, ancestralmente, hay artesanos que se dedican a la elaboración de objetos de barro, especialmente ollas y vasijas, así como de canoas, tomando en cuenta su alta actividad pluvial.
Los ríos Vinces, Babahoyo y Los Tintos atraviesan la jurisdicción y de allí se extraen diversidad de especies que sirven de alimento a su población de unos 95 000 habitantes.
Su fama trasciende a otros niveles. La otra cara de Samborondón es la zona de ‘Pelucolandia’. Así bautizó el presidente Rafael Correa a las exclusivas urbanizaciones cercanas al Puerto Principal. R. Guayaquil
El Tambo /Cañar
El descanso dio origen al nombre
El sonido del pito y los rieles del tren se escuchan desde el centro poblado de El Tambo, cantón perteneciente a la provincia de Cañar.Javier Patiño, quien se dirige a su trabajo en el Municipio de El Tambo, mira la estación de Ferrocarril y recuerda las historias que sus abuelos le contaban sobre el tren, que llegó a esta zona en 1932. “La gente que venía de la Costa y del norte del país descansaba aquí”.
De allí proviene el nombre de El Tambo, porque los viajeros hacían un descanso o un “tambito” en este poblado para continuar su viaje al siguiente día, dice Patiño. Otros se quedaron a vivir.
Patiño tiene 30 años y es secretario de la Municipalidad en la actual administración.
Jazmín Cárdenas, de 25 años, moradora de El Tambo, cree que el auge del ferrocarril fue el motor de crecimiento de esta jurisdicción. En la actualidad, el tren sirve para que vengan personas de diferentes lugares del país. Funciona de miércoles a domingo.
El Municipio, el Ministerio de Turismo, el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural y la Fundación Sureal de Cuenca rehabilitaron 3 kilómetros de la línea férrea, la estación de ferrocarril y el antiguo Hotel Nissa. En estas obras se invirtió USD 1 millón.
Se ofrece el recorrido en tren hasta el sector de Coyoctor, una cabalgata de
4 kilómetros hasta Ingapirca, donde se encuentra el Complejo Arqueológico Castillo del Sol y concluye con una ruta gastronómica.
Los incas también hacían un tambo (parada) en esta zona para enviar mensajes a sus distintos poblados. El Tambo tiene, en la actualidad, 9 300 habitantes y calles adoquinadas y estrechas, que contrastan con su vía principal, la Panamericana. Una vía de alto tráfico que une al Austro con el norte del país y la Costa.
Otra de las versiones en torno al origen del nombre de este cantón es que proviene del vocablo quichua Tampu, que significa lugar de descanso o posada, dice Rafael Ortiz, alcalde de El Tambo. Por ello, asegura que el 5 de junio de 1835 adoptó el nombre de San Juan de El Tambo y el 24 de enero de 1991 se constituyó como cantón.
El Tambo está ubicado a 50 kilómetros de la capital azuaya. Al ser considerado este cantón como lugar de descanso, los viajeros aprovechaban para asistir a las fiestas del Kaya Raymi, que hasta ahora se celebran el 24 y 25 de octubre.
En esos días se rendía homenaje a la reina esposa del inca y a la princesa Luna, que era considerada madre de la Tierra, y era la encargada de preservar la salud de la población.
El 64% de sus habitantes se dedica a la agricultura. Siembran papa, maíz, ocas, mellocos y otros cultivos nativos como el trigo, cebada y granos. También se dedican a la ganadería. Existe un alto índice de migración, especialmente hacia los Estados Unidos y España.
El historiador Felipe Cassio, en su leyenda titulada Pakari Tampu, reseña que el origen de El Tambo tiene un principio mítico que es Pakari Tampu, cuya traducción es posada del amanecer u hospedaje del sol, donde Tambo significa posada, hospedaje o morada.
En su obra indica que desde el principio Tambo o Tampu ha significado lo mismo y es así como lo han utilizado en la historia americana prehispánica, hispánica y republicana.
La riqueza arqueológica de El Tambo, a pesar de su pequeña extensión territorial de 564 kilómetros, es única. Se destaca el recinto sagrado denominado Coyoctor, en las faldas del Nudo del Azuay.
También el complejo arqueológico de Coyoctor que tiene sitios considerados como sagrados como el baño del Inca, que tiene una piedra tallada.
Es considerado un culto al agua, por la existencia de conductos hidráulicos y reservorios, que fueron destinados a ritos ceremoniales de purificación, previos a las fiestas que marcaban los cambios de estación de invierno y verano. Otros sitios arqueológicos son la Montaña Rumisapa, el cerro sagrado Yanacauri y el mirador de La Cruz. Redacción Cuenca