'Food trucks' buscan camino en Guayaquil

La combi modificada Ruta 7 ofrece churros por las tardes en la ciudadela Kennedy Norte, al norte de Guayaquil. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Una combi del 99, con techo descapotable para exhibir libros y un pequeño remolque en la que se ofrecen desayunos y churros es lo más cercano a una gastroneta en Guayaquil, ciudad en la que los ‘food trucks’ o camiones restaurante no están regulados.
El Concejo Municipal aprobó en primer debate la Ordenanza Regulatoria para el Funcionamiento de Vehículos Móviles de Expendio de Alimentos en Guayaquil, a la espera de su aprobación en un segundo y definitivo debate.
La vieja combi Volkswagen conforma con su remolque Ruta 7, un emprendimiento familiar que inició hace cuatro meses, que suele repartir desayunos en un parqueo del centro los fines de semana y se instala por las tardes para la venta de churros en la Kennedy Norte, al norte de la urbe.
“Tenemos grandes expectativas con la ordenanza porque podríamos normalizar la venta de desayunos”, dijo Johanna Mieles, emprendedora de Ruta 7, quien dirige el negocio junto a su esposo, Gabriel Castro.
“La idea de los churros surgió cuando creamos un chocolate combinado para rellenar tortas y ahora lo ofrecemos para untar los churros. También se pueden acompañar con un bote de manjar”, dijo Mieles.

La falta de regulación terminó hace dos meses con un pequeño, pintoresco e improvisado parque gastronómico con remolques que surgió en la pandemia en un parqueadero de Sauces 8, al pie de la avenida Francisco de Orellana, al norte de la ciudad. Un vecino presentó una denuncia y los seis negocios de expendio de alimentos fueron desalojados.
El concejal Jorge Rodríguez explicó que la nueva ordenanza busca estimular el emprendimiento y la reactivación económica, además de introducir a Guayaquil en una tendencia mundial que marca el auge de este tipo de negocios en las grandes ciudades.
Rodríguez añadió que la ordenanza establece reglas y condiciones para el funcionamiento de estos vehículos que no podrán sobrepasar las 3,5 toneladas de peso. Además, deberán contar con refrigeración, tanques de agua y su propio suministro eléctrico sin causar ruido. Los alimentos deben prepararse en el mismo sitio.
La ordenanza, que establece la elaboración de un manual, también refiere a un régimen de sanciones que pueden ser leves o graves, según informó el Cabildo en un comunicado. El control estará a cargo de la Dirección de Justicia y Vigilancia,
La Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Emapag) vigilará que las descargas se realicen respetando las normas ambientales y la Dirección de Uso del Espacio Público será la encargada de emitir autorizaciones de funcionamiento.
En el primer debate de la ordenanza se solicitó que se señalen los lugares donde podrán funcionar estos negocios, algo que deberá ser incorporado al documento definitivo.