Otro éxodo en Muisne y daños en Esmeraldas tras réplicas del 18 de mayo

En Muisne, los pobladores evacuaron a sitios abiertos, luego de las réplicas del miércoles 18 de mayo. Juan Carlos Pérez / EL COMERCIO

En el cantón Muisne, 10 610 personas evacuaron a zonas altas tras las réplicas del miércoles 18 de mayo. La isla de Muisne volvió a quedar desierta.
La gente de esa zona del sur de Esmeraldas ya se había movilizado tras el terremoto del 16 de abril. Pero luego volvieron y comenzaron a construir en la informalidad.
“En los albergues se pasa muy incómodo. Por eso con mi familia decidimos empezar de nuevo en la isla”, comentó ayer Rosa Arias, una damnificada. Pero, la madrugada del miércoles terminó con su paz. El sismo de 6.8 grados sacudió fuerte el territorio insular y salieron al continente, dijo el alcalde Eduardo Proaño.
Tras la segunda réplica de las 11:46, en el suelo de la isla se podían observar pequeños orificios por donde emergía agua. “Tenemos miedo y ahora sí queremos irnos”, aseguró Elodia Quiñónez.
El Burgomaestre, por su parte, llamó a la calma. Afirmó que en la reunión del Comité de Operaciones de Emergencia Cantonal se informó que las réplicas de esa magnitud (6.8 grados) eran normales.
Quiñónez dijo que perdió el segundo piso de su casa en el terremoto. Con los nuevos dos sismos de ayer las paredes de la planta baja colapsaron. Ayer tuvo que ir donde familiares.
El caso de Mireya Proaño es diferente porque ella y su familia conformada por cuatro personas perdieron su casa. Sus abuelos maternos, les acogieron en una casa de bloque. Pero el sismo del mediodía de ayer agrietó las paredes. Ellos debieron refugiarse en un albergue en la comuna San Pablo. “No es fácil regresar a los albergues porque nuestros trabajos y vida están en la isla”.
Pero el pánico de perder la vida hizo que ayer las personas salieran despavoridas de la isla. Según Eli Torres, director de la Secretaría de Gestión de Riesgos del cantón Muisne, las cifras preliminares de personas heridas en las dos últimas réplicas fuertes son 34.
Mientras que 2 567 viviendas se afectaron y 747 se destruyeron principalmente en la isla de Muisne, la comuna San Gregorio y Chamanga.
La Secretaría de Gestión de Riesgos solo reportó 31 casas afectadas en la isla de Muisne porque las demás casas que registra el Municipio ya estaban con sello rojo y se buscaba la forma de reconstruirlas o demolerlas.
En el cantón Esmeraldas, en cambio, unas 12 edificaciones que están en el centro de la ciudad fueron declaradas como inhabitables por la Unidad de Gestión de Riesgos del Municipio.
Las casas y edificaciones en las que en sus bajos funcionaban negocios de karaokes, funerarias y locales para la venta de alimentos, fueron cerrados por sus propietarios. La mayoría de las afectaciones se han dado en el centro de la ciudad de Esmeraldas.
Tres de las casas más afectadas fueron cercadas con cinta de color amarillo y serán demolidas por el Municipio de Esmeraldas debido al peligro que representa, explicó el director de la Unidad de Gestión de Riesgos de Esmeraldas, Renato Tambaco.
Martha Prías es una de las afectadas. Su vivienda de tres pisos ubicada en el centro de Esmeraldas ya no es habitable. Ella logró bajar hasta la calle principal con sus dos hijos, los que tienen ligeros golpes.
Por esta semana los albergues temporales de Esmeraldas seguirán recibiendo a los damnificados. En Muisne se habían recibido a 9 028 personas en 67 albergues.
La falta de servicios básicos es otro de los inconvenientes que afecta a Muisne. En la isla y en Chamanga no hubo servicio eléctrico ni agua potable. Personal de la Corporación Nacional de Electricidad resolvía ayer el problema de cableado y postes caídos. Mientras que en la ciudad de Esmeraldas, el centro y el norte de la localidad quedaron sin agua potable. El acueducto colapsó.
Esa tubería, que atraviesa las calles Eloy Alfaro y Rocafuerte, sector Barrio Caliente, inundó unas 10 viviendas, por la fuerza con la que salió el agua. Técnicos de la Empresa de Agua Potable y EAPA-San Mateo trabajan en la reparación de acueducto que no soportó la presión de la tierra.