Los muebles son el mayor atractivo de Huambaló

El artesano Hugo Aguirre abrió el primer local para vender muebles en Huambaló en 1972. Él marcaba el inicio de la principal actividad económica de esta parroquia rural del cantón Pelileo, Tungurahua.
Hoy, Huambaló es el principal productor de muebles de la Sierra centro. Incluso la mayoría de sus 13 000 habitantes está vinculada con los 150 talleres y 70 almacenes donde se manufacturan y se expenden muebles de todo tipo y valor.

Esta parroquia se encuentra a 15 minutos del centro de Pelileo. Los 9 kilómetros de la vía de doble carril, que lo conectan con las siete comunidades de Huambaló, son asfaltados y permiten un viaje sin contratiempos. El paisaje lo dominan los extensos sembradíos de maíz y el imponente volcán Tungurahua, en proceso eruptivo desde 1999.

El Centro Artesanal Huambaló (Cenarhu) es la principal organización que agrupa a los artesano e incluye a 40 productores. Esta agrupación cuenta con un centro de exposiciones permanente, que es uno de los sitios más visitados de este poblado.

Carlos Coca, presidente del Cenarhu, considera que este centro de exhibición es una buena estrategia de ventas. “Funciona a diario en horas de oficina. Allí se muestra cerca de un centenar de juegos de sala, comedor, cocina y otros muebles para el hogar y la oficina. Los compradores llegan especialmente de Quito, Guayaquil y la Sierra centro”.

Los precios varían entre USD 500, 1 000, 1 200 o más. Aceptan tarjetas de crédito, hacen rebajas y disponen de vehículos para entregar los muebles en cualquier provincia del país.

Las calles de Huambaló son asfaltadas y adoquinadas y todas conducen hacia la plaza Central, donde empezó este negocio.

Todavía permanece allí el local que abrió Hugo Aguirre y que en la actualidad es administrado por su hija Mary. Este establecimiento comercial se llama Muebles Aguirre y produce un promedio de 30 juegos de enseres cada mes.

Mary Aguirre dice: “Mi padre fue el pionero en este negocio y formó a la mayoría de artesanos que con el tiempo abrieron sus talleres y exhibidores”.

Con los años, los huambaleños decidieron promover sus productos mediante una feria. “Este evento se organizó el mismo año que nació jurídicamente el Cenarhu en 1996. El objetivo fue evitar a los intermediarios. Se realiza en diciembre y este año será del 16 al 18 de este mes en el colegio local”, explica Coca.

En el pueblo, los letreros que promocionan a las microempresas familiares cuelgan de las paredes y de las azoteas de las casas recién pintadas. Fueron remozadas para que se vean más atractivas ante los visitantes, en especial de Quito, el mercado más importante para Huambaló.

Se calcula que el 80% de la producción local (unos 400 juegos de muebles por mes) se va para las salas, comedores y dormitorios de los quiteños.

Para conseguir esta preferencia, los artesanos se especializaron en diseño, manufactura, enchapado, lacado y tallado. “Este año, la tendencia del diseño en muebles va por el minimalismo. Es decir, los muebles rectos sin torneados ni enchapados.

En cuanto a los colores, “los clientes prefieren los oscuros con pasteles”, explica el artesano Marco Chiliquinga.

La enseres clásicos también continúan fabricándose en los talleres que usualmente fueron adecuados en la zona posterior de las casas de los huambaleños.

Los carpinteros ayudan a cuidar el medioambiente

Mario Cisneros, artesano de Huambaló, dice que en la fabricación de los muebles utilizan madera de canelo y de laurel y telas de calidad.

Según este artesano, “respetamos el medioambiente y no compramos las maderas que están prohibidas. También utilizamos los tablones prefabricados que con las técnicas adecuadas damos forma a enseres para durar toda la vida”.

En la actualidad, los miembros del Centro Artesanal Huambaló (Cenarhu) se impusieron la utilización de lacas biodegradables y de tablones prefabricados en la manufactura de sus productos.

“Tratamos de utilizar la madera solo para los armazones y para los espaldares y asientos. Para todo lo demás, usamos prefabricados, que son de buena calidad y alta durabilidad”, explica Carlos Coca, presidente del Cenarhu.

Además, en los últimos cinco años adquirieron nueva maquinaria que les permite cortar con precisión. “Así ahorramos madera porque el desperdicio es mínimo. Nos esforzamos por conseguir el financiamiento necesario para que todos los socios puedan comprar equipos con mejor tecnología. Esto nos ayuda a obtener muebles más hermosos sin perder el toque artesanal que gusta mucho”, asegura Coca.

Huambaló es también un lugar de turismo, especialmente para los turistas europeos, asiáticos y de Estados Unidos. Ellos visitan los talleres para observar el trabajo manual y la habilidad de los artesanos huambaleños.

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