Eran las 20:00. Rosario Izquierdo, de 56 años, se apresuraba para prender la computadora en su casa. Su idea era contactarse con su hijo Danilo Calle, quien vive desde hace 11 años en Chicago.Esta azuaya aprendió a navegar en Internet hace un año. Sus amigos le contaron que podía usar el sistema Skype para comunicarse con su hijo. Cuando él recién emigró se comunicaba solo a través de llamadas telefónicas. En una conversación de cinco minutos solía pagar 5 000 sucres (USD 2 al tipo de cambio de esa época).
Ahora en el monitor de su computador aparece el ícono de Skype. Da un clic y al poco tiempo se escucha la voz de su hijo y le muestra, a través de una cámara, que se compró un suéter.
Ella contrató Internet hace un año para acceder al Skype y comunicarse pasando un día o todos los días con su hijo. Las conversaciones suelen durar hasta tres horas los fines de semana. Al mes cancela USD 22.Para Izquierdo, el sistema le permite mantener una relación más cercana. “La tecnología ayuda para que los seres queridos no se sientan solos”, decía visiblemente emocionada.
La abogada cuencana Macrina Serrano también usa esa herramienta. Ella acude a los cibercafés de la capital azuaya para comunicarse con sus dos hijos que estudian desde hace un año en EE.UU. “Tengo noticias y, en algo, puedo controlarles”.
El Skype no es el único sistema que utilizan para comunicarse. Las colombianas Samanta C., Cristina C. y su madre Susana R. utilizan el servicio de Messenger (chat y videoconferencia).
Ellas viven desde hace un año en Cuenca y a diario se dirigen al servicio de internet gratuito de la Casa del Migrante del Municipio de Cuenca. Su intención es acceder al Messenger que ofrece la entidad durante una hora.
Samanta es quien mejor domina el sistema. “Si no existiera este servicio, no pudiéramos saber si papá está bien”, le dijo a su madre. Su padre vive en el Valle del Cauca, en Colombia.
A la Casa del Migrante de Cuenca llegan 150 personas al mes para utilizar este servicio.
César Olmedo es el encargado de la atención y hay ocho computadoras. Según él, desde hace un año ofrecen el sistema de Skype y Messenger gratuito. “Los jóvenes prefieren el Messenger y los adultos el Skype”. Llegan de las parroquias de Chiquintad, Ochoa León y Checa. También hay colombianos y peruanos.
Algo similar ocurre en el cibercafé Cuenca Internet, ubicado en el Centro Histórico. Allí hay 40 computadoras. Jorge Masa labora en ese local. Desde hace un año la demanda del Skype y del Messenger subió. 150 clientes usan al mes estos servicios.
Esa demanda hizo que el negocio proliferara. Solo en una cuadra de la calle Luis Cordero y Córdova existen siete locales.
La contratación de Internet también creció. Solo la Empresa Municipal de Telecomunicaciones, Agua Potable y Alcantarillado (Etapa) tiene 14 727 clientes con el servicio de banda ancha. A inicios de este año eran 13 000.
Otro sistema es las red social, como Facebook. Pilar Pérez vive en Nueva York desde hace nueve años y desde julio pasado establece contacto con sus primos y amigos a través de esta red. Antes solo se comunicaba con sus padres a través de llamadas telefónicas.